«Occhamin» es cierto: finalmente, después de mil cavilaciones, dudas, desmentidas y otras yerbas, Nico Occhiato y Flor Jazmín Peña terminaron por admitir que son novios y que están muy enamorados. La boda, en cambio, no. Es falsa. No habrán confites, fiesta, vals, ramo, alianzas, vestido blanco, traje elegante, invitados, colados, morfi, chupi ni nada. Bueno, al menos por ahora. Más adelante se verá.
Quizás algún día les pique el bichito y se decidan a pasar por el altar. O quizás no haga falta la parte religiosa y sea suficiente con ir al Registro Civil y firmar la libreta que los declare «marido y mujer» para disfrutarse «en la salud» y astenderse «en la enfermedad» todo «hasta que la muerte los separe». Pero en este momento no, eso no pasará.
¿Qué fue lo que despertó las versiones de casorio? Que Occhiato «fue visto» comprando un par de anillos de casamiento en una joyería muy conocida y muy cotizada y, lógicamente, la pregunta original y primaria fue «¿Quién compra eso para otros y no para si mismo?». «Observaron» eso, tiraron el rumor y en cuestión de horas había mucha gente hablando del casamiento de las caras visibles de Luzu Tv.
La realidad es otra. Y es muy diferente. Porque vino a saberse, ahora, que lo que sucedió con todos ellos es que «se comieron el amague» o «la curva» porque lo que estaba haciendo allí el ex de Florencia Gianina Vigna era grabar algo para Netflix. Se, se trataba de algo mera y puramente comercial. Menos romántico imposible, así que a guardar los pañuelos y dejar de pensar en los regalos. Otra vez: el día de mañana pude ser, pero ahora, en mayo de 2024, no pasa naranja.
TODA LA VERDAD DEL CASAMIENTO DE NICO OCCHIATO Y FLOR JAZMIN PEÑA
El engaño alcanzó a buena parte de la farándula. Muchos cayeron y dieron «el casamiento» de Nico y Flor casi casi como un hecho. Incluso gente muy avezada del ramo como Adrián Pallares y Rodrigo Lussich, dos expertos en el arte de dar las primicias más calientes y de tocar los temás más candentes del ambiente del chimento, «pisaron el palito» y saludaron a la pareja por su «futuro enlace», algo que en lo inmediato no sucederá.
«Rodri, tenemos que hablar de una pareja porque la verdad es que fuimos engañados» invitó Pallares a su coequiper. «Sí, es verdad Adri, hemos caído en esa suerte de trampa», le devolvió Lussich. «Al final, lo que parecía una compra de alianzas matrimoniales no era más que una filmación, algo para un comercial. Y bueno, puede pasar» señalaron para terminar al grito de «¡Era un chivo, era un chivo!». Meeeeeeeeee