Estaba parado junto a la autopista Transiberiana, no lejos de la ciudad de Krasnoyarsk, a más de 3.000 kilómetros al este de Moscú, cuando un auto blanco se detuvo.
El hombre tenía ropa de camuflaje militar con un parche negro y rojo: la insignia de “Wagner”, un grupo privado de mercenarios rusos que ha sido calificado como organización terrorista en Reino Unido, Francia y otros países. Sólo llevaba una mochila. En el auto estaba Olga Antipina, una mujer de 48 años de Sosnovoborsk, una pequeña ciudad en Siberia.
Se había puesto como misión ayudar a los ex mercenarios de Wagner a adaptarse a una vida de paz tras su regreso del frente en la guerra de Rusia en Ucrania. Olga no conocía a Valeriy Molokov, pero conocía su pasado.
El hombre de 54 años estaba cumpliendo una condena por asesinato cuando el grupo Wagner lo reclutó para que se uniera en la lucha contra Ucrania. Pese a ello, Olga aceptó ayudarlo.
Rusia comenzó a reclutar grandes grupos de convictos cuatro meses después de comenzar su invasión a Ucrania en 2022. Casi 50.000 presos rusos se unieron a la guerra bajo la promesa de un perdón tras seis meses de lucha y un importante pago en efectivo a su regreso. Miles murieron, pero muchos lograron sobrevivir y regresaron a sus hogares.
El regreso de los antiguos mercenarios del grupo Wagner a Rusia divide opiniones en el país. Mucha gente les tiene miedo y muchos piensan que es inmoral perdonar a estos convictos para que puedan luchar en una guerra. Algunos presos que han sido reclutados por el grupo han sido acusados de cometer crímenes de guerra en Ucrania y practicar ejecuciones extrajudiciales.
Además, algunos de los ex convictos que han sido reinsertados en la sociedad reincidieron. De acuerdo a reportes, las autoridades ya han abierto más de 200 casos judiciales de delitos cometidos por ex convictos indultados por el presidente Vladimir Putin.
Valeriy Molokov fue condenado a 11 años de prisión en julio de 2022 tras ser hallado culpable del asesinato de su hermana mayor seis meses antes. Estaba presuntamente bajo los efectos del alcohol cuando comenzó a pelear con su hermana en la Nochevieja.
La golpeó en la cara y un par de horas más tarde le dio otro puñetazo en la cabeza. Siguió golpeándola incluso después de que estaba tirada en el suelo.
Horas más tarde llamaron a una ambulancia. Su hermana menor que presenció la pelea dijo que Valeriy le había impedido llamar antes. En su lugar, le sugirió que bebieran vodka. Su hermana mayor murió en el hospital a causa de un traumatismo craneoencefálico una semana después.
Pese a la naturaleza espantosa del crimen, Molokov había servido unos pocos meses cuando en 2023 fue reclutado por Wagner y lo enviaron al frente. Luchó en Bakhmut, una ciudad de la región de Donetsk, en el este de Ucrania, y regresó a Rusia en agosto de 2023 tras sufrir una lesión. No tenía donde vivir ni una vida adecuada a la que regresar cuando alguien le dio el número de Olga, sugiriendo que ella podría ayudarlo.
“La única cosa útil que hizo por su familia”
Valeriy Molokov no ha sido ni el primer mercenario de Wagner ni el único criminal convicto en la vida de Olga. Su expareja también fue reclutado por el grupo Wagner. Lo sacaron de prisión para que luchara en la guerra, donde lo mataron.
Se habían conocido cuando él ya estaba tras las rejas y comenzaron a comunicarse por correo. Cuando fue liberado tras cumplir condena vivieron juntos por 13 años y tuvieron tres hijos. Sin embargo, su difunto esposo bebía mucho y la golpeaba a ella y a sus hijos con frecuencia. En 2015 fue condenado nuevamente por venta ilegal de drogas.
En marzo de 2023, sin que Olga lo supiera, el grupo Wagner lo reclutó mientras estaba en la cárcel. Olga afirma que su muerte es “la única cosa útil que hizo por su familia”, ya que pudo comprar un apartamento para su hijo mayor con la compensación que recibió del grupo Wagner después de que muriera en la guerra. Debido a su propia experiencia, decidió ayudar a otros ex mercenarios de Wagner que regresaban del frente.
Tras conocer a Valeriy, Olga le encontró un alojamiento temporal y lo aconsejó sobre cómo podría utilizar la compensación que recibió del grupo Wagner. “Actuaba como un niño (diciéndome) que quería esto y aquello. Yo le dije: ‘No’”, recuerda Olga, en conversación con el servicio ruso de la BBC.
“Lo primero que necesitas es tu propio hogar, por eso te compraremos uno. Así que, ¿también quieres un auto? Está bien, te vamos a comprar un auto”, le dijo a Valeriy. Olga afirma que no tenía ningún interés económico cuando decidió ayudarlo y que no le preocupaba su pasado.
Ella es miembro de la Iglesia Pentecostal de Dios, una iglesia evangélica en Rusia, y cuando le preguntamos qué piensa de la guerra en Ucrania, la describió como “apocalíptica”.
“La Biblia dice que llegarían los tiempos finales y que el hermano iría contra su hermano, y esto es lo que está sucediendo”. Valeriy también empezó a ir a la Iglesia Pentecostal todos los domingos y estaba tan agradecido por la ayuda de Olga que incluso le propuso casarse con ella en algún momento. Ella rechazó su propuesta.
Trabajó a tiempo parcial en una empresa de seguridad durante más de un mes, pero no pudo continuar. Cuando le preguntamos qué habría sido de él si Olga no lo hubiera ayudado, Valeriy dijo que probablemente habría regresado al frente. “Para ser honesto, no tengo un gran deseo (de regresar)”, dijo. “Pero me atrae mucho (la idea). Allí supe quién era mi enemigo. Aquí no lo sé”.
BBC Mundo