En un panel del congreso de Maizar, tres especialistas analizaron las posibilidades de crecimiento del sorgo granífero en la próxima campaña, a partir del renovado interés por el cultivo por parte de los productores. Este comportamiento se basaría en la estabilidad del sorgo frente a distintas condiciones climáticas, su resistencia a plagas que atacan al maíz y al doble propósito que permite su rastrojo de gran volumen, muy aprovechable por la ganadería y con efecto favorable sobre la mejora del suelo.
Al analizar la oferta mundial de sorgo granífero, Nicolas Udaquiola, director de AZ-Group, recordó que “el comercio mundial de este pructo comprende 60 millones de toneladas por año, muy lejos de los 1200 millones del maíz”. A su vez, “para la campaña 2024/25, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos prevé una leve recuperación de stocks por un aumento de producción en varios países, aunque manteniéndose en niveles bajos en términos históricos”.
Los tres principales exportadores mundiales de sorgo son Estados Unidos, Australia y la Argentina. La siembra avanza en Estados Unidos, donde Kansas es uno de los principales estados que produce sorgo. En este país el 50% de la superficie destinada a sorgo está atravesando hoy algún grado de sequía.
Por el lado de la demanda, “China es el principal importador mundial y se encuentra activo comprando principalmente en Estados Unidos, Australia y la Argentina. Los recientes cambios arancelarios que instaló Estados Unidos a productos tecnológicos de China podría traer una nueva reorientación de la originación de distintos productos, entre ellos el sorgo”, alertó Nicolás.
En el ámbito interno se prevé un incremento del área sembrada en la campaña 2024/25, principalmente por los ataques de chicharrita al maíz y por los pronósticos de evento La Niña que reduciría las lluvias estivales. Ese comportamiento ya se nota desde ahora “con gran posicionamiento de los productores en la compra de semilla, sobre todo para el centro y norte del país”, expresó Udaquiola.
El aumento de la producción será destinado principalmente a la exportación, que representa el 85% del volumen generado; el resto va al consumo interno para alimento.
Respecto de los resultados económicos esperados, Udaquiola recordó que, en general, el precio del sorgo ha ido acompañando al del maíz, aunque los últimos cuatro años hubo ventanas de precios donde el sorgo superaba ampliamente al cereal por la exportación a China.
Por otro lado, el sorgo cuenta con ventajas comparativas frente al maíz. Una de ellas es el menor costo de implantación y protección. Otras ventajas son su estabilidad de rendimiento en distintas condiciones climáticas y el aporte de un rastrojo voluminoso para la ganadería. No obstante, en la campaña 2024/25, con los precios que se ofrecen a cosecha, el margen bruto y neto del sorgo es menor al del maíz, aunque resulta atractivo por las posibilidades de diversificar la rotación y ser indiferente al desastre que causó este año de la chicharrita.
A su turno, Francisco Cinque, presidente de Advanta Seeds, dijo que “el cultivo de sorgo diversifica, sostiene y rinde”. El directivo indicó que el sorgo tiene ventajas para enfrentar el cambio climático representado por olas de calor y sequías, frente a las cuales muestra muy buen comportamiento.
Resaltó los efectos positivos del sorgo sobre la estructura de suelo, al decir que produce 2,5 veces más raíces que el maíz y que llegan hasta 2,6 metros de profundidad. También destacó que tolera cinco veces más salinidad en el suelo que el maíz. lo que permite ubicarlo en lotes donde el cereal no prospera. Además, tiene tecnología para control de malezas y pulgón amarillo, lo que permite expresar su rendimiento en distintas condiciones de cultivo.
En otro tramo del panel, Omar Odarda, consultor internacional, recordó que China es el principal comprador del sorgo argentino. Durante su exposición pasó revista a las distintas instancias por las que atravesó la importación de sorgo en ese país, en las que no faltaron conflictos con Estados Unidos y sequias en Australia que permitieron el ingreso de sorgo argentino a partir de 2015. “Los exportadores argentinos vieron la oportunidad de crecimiento y en 2021 ubicaron 2 millones de toneladas en el país asiático”, recordó el orador.
“En 2024 ya estamos posicionados en ese mercado, aunque con observaciones por la presencia de tanino en los granos embarcados y con un protocolo muy estricto para la importaciones desde la Argentina”, agregó. En la actualidad el protocolo se está cumpliendo sin problemas al entender que China es un mercado de especialidades y no de commodities en este producto, lo que permite ser el tercer abastecedor de sorgo a China, luego de Estados Unidos y Australia.
En otro momento del panel se consideraron las posibilidades de crecimiento del área sembrada y de la producción de sorgo en la Argentina. En las últimas campañas se sembraron 850.000-950.000 hectáreas, una superficie que se puede considerar el escenario base.
“Hacia adelante los ataques de chicharrita obligarán a reemplazar una parte del área de maíz por el sorgo, lo que generará un crecimiento eventual que puede llevar el área sembrada a 1,25 o 1,35 millones de hectáreas en el país, que podrían ser gestionadas por toda la cadena comercial actual”, proyectó Udaquiola.
No obstante, el orador resaltó la importancia de los aspectos logísticos en el cultivo, ya que la cosecha de sorgo coincide en tiempo con la de soja y se necesitarán instalaciones de acopio y medios de transporte para movilizarla. Además, habrá que asegurar la calidad de lo que se exporta, para embarcar lo que los compradores demandan.
No obstante, aclaró que “para que el proceso se lleve adelante, el sorgo tiene que ser un buen negocio para los productores”. Este requerimiento incluye un satisfactorio margen por hectárea como consecuencia de un alto rendimiento y un buen precio, pero también otro componente que es el aporte positivo a la rotación en términos agronómicos, además de asegurar instalaciones de recepción del grano cerca del lugar de producción. Si todas estas necesidades se pueden concretar, hay posibilidades para crecer que las empresas podrán aprovechar”.
Por su parte, Francisco Cinque pronosticó que “se podría llegar a una siembra de dos millones de hectáreas en el futuro, para lo cual la industria semillera y los productores tienen que cumplimentar algunas asignaturas pendientes”.
Una de ellas son los nuevos usos. Mencionó que en China se hace una bebida alcohólica de fuerte graduación con el sorgo y que una botella de menos de 1 litro vale casi 1000 dólares. Otro ejemplo de nuevo uso es el etanol producido con 100% de sorgo en Brasil. Es decir, hay que buscar nuevos usos para bebidas, combustibles y comidas con sorgo y aprovechar que la Argentina exporta el 85% de lo que produce.
El ejecutivo también dijo que se pueden ampliar las fronteras internas del sorgo desarrollando materiales genéticos con mayor tolerancia al frío, para llegar al sur de Buenos Aires y para siembra en suelos salinos. Asimismo, mencionó que se pueden seleccionar híbridos con bajo contenido de tanino, semejantes a los de otros países competidores que no tienen los problemas que provocan las palomas en nuestro país.
Finalmente, Omar Odarda destacó que los desafíos para aumentar las exportaciones argentinas de sorgo a China son, primero, cumplir el protocolo sanitario de ese país y evitar que un error de un eslabón de la cadena sea pagado por todos. Luego recomendó actualizar la norma nacional de sorgo granífero, que es de 1994. “Habría que incorporar el peso hectolítrico y revisar otros parámetros de calidad tomando en cuenta la demanda actual del comercio internacional”, aconsejó.
Por otro lado, recomendó mejorar el manejo del sorgo en los elevadores para reducir el nivel de cuerpos extraños y así mejorar la reputación de nuestro producto en China y no ser penalizados en el precio. Asimismo, aconsejó reducir los costos de flete y pidió que el Banco Central levante la restricción de pagos al exterior para poder contratar transporte CIF en vez de considerar el precio FOB.
En otra parte de su exposición invitó a diversificar mercados e incorporar a India, Vietnam y países de África, además de China, porque los competidores están comenzando a moverse proactivamente en esos destinos. Por último, aconsejó desarrollar buenas relaciones políticas con los compradores y enfatizó que los conflictos diplomáticos pueden dar lugar a retaliaciones comerciales de los países con los que se generan entredichos.
LA NACION