“Hola a todos, tengo 20 minutos”, anunció en su perfil de X Javier Milei, luego del Tedeum en la Catedral porteña, donde el arzobispo Jorge García Cuerva advirtió por la “falta de termómetro social” ante la crisis. También antes de que comience el desfile militar en el marco del día de la Independencia, el Presidente se dispuso a responder preguntas de sus seguidores. Es un ya habitual modo de comunicación directo, que implementa desde hace algunas semanas. En el intercambió abordó desde temas triviales y cotidianos, como qué desayunó y el libro que está leyendo, hasta asuntos de la gestión, como por ejemplo su visión del Mercosur -tras no asistir a la cumbre en Paraguay de este lunes- y la salida del cepo cambiario.
Lo primero que hizo fue saludar con un “hola”. Criticado por sus pares Luis Lacalle Pou y Luiz Inácio “Lula” da Silva por su ausencia en la cumbre del Mercosur en Asunción pese a haber viajado el fin de semana a Camboriú, Brasil, para un encuentro conservador con Jair Bolsonaro, Milei ahondó sobre la alianza regional y sus propósitos. “Presidente, ¿la Argentina va a avanzar con el Mercosur en un acuerdo de libre comercio?”, indicó una cuenta que publica material libertario, a lo que el mandatario respondió: “Es lo que intentamos”. Ayer su canciller Diana Mondino abogó por avanzar hacia un acuerdo con la Unión Europea (UE).
Asimismo, reiteró que piensa mover la embajada argentina en Israel hacia Jerusalén occidental.
En otra de sus definiciones importantes, el mandatario volvió a dilatar la salida del cepo. “Se tienen que dar tres condiciones en conjunto: terminar con los pasivos remunerados, terminar con los Puts y convergencia de la inflación con la devaluación en un entorno cercano a cero mensual”, sentenció, para descartar así una eliminación de las restricciones en los próximos 90 días, a pesar de la fuerte presión de parte de los economistas, incluso algunos que comulgan con su línea ideológica.
Aseguró, por otra parte, que el crawling peg del dólar a 2% mensual pasará a 1% cuando también la inflación esté cerca del 1%, insistió con que piensa bajar impuestos -pese a que no ahondó sobre cuándo o cuáles cargas- y se justificó: “100 años de decadencia no se arreglan de un día para otro. Pronto, más temprano que tarde, veremos buenos resultados”.
Luego de la firma del Pacto de Mayo anoche en Tucumán con la mayoría de los gobernadores, Milei también consideró que “no parece un escenario razonable” que los mandatarios de las provincias incumplan los diez puntos a los que se comprometieron, ya que tildó de “esenciales” esas ideas.
Milei también contó que este 9 de julio desayunó té con limón y galletitas con queso untable, mientras que descartó la posibilidad de ir por chocolate caliente y churros porque dijo que es “imposible para su hígado”. El Presidente ahondó después sobre sus gustos musicales, cuando le consultaron cuál era su canción favorita de Los Beatles. “Esta sí que es una pregunta muy, muy, muy complicada… Me vienen más de 20 a la mente, pero haré un orden de mérito y contesto. Respecto a la que me acercó a ellos fue Let it be”, reveló, aunque dijo que en las últimas horas escuchó “en bucle” Here comes the sun.
Otra vez, el líder libertario retomó su idea de retirarse completamente de la función pública una vez que termine su mandato presidencial. En realidad la pregunta hablaba de “mandatos presidenciales”, por lo que de vuelta deslizó que irá por la reelección. “Estar con mis hijitos, estudiar Torah, leer y escribir sobre economía y dar conferencias”, enumeró sobre sus deseos para cuando se corra de la política.
Dijo además que en este momento lee el libro Falacias de la justicia social, del economista estadounidense Thomas Sowell; que su ópera favorita es Lucía di Lammermoor de Gaetano Donizetti, que para él “está palo a palo con Norma de Vincenzo Bellini; y contó que a sus perros les subió un grado la temperatura “de la casa que tienen en Olivos” para que no pasen frío.
“¡Feliz cumpleaños!”, le deseó a uno de sus seguidores, aseguró que le gusta trabajar y comentó: “El socialismo es siempre y en todo lugar un fenómeno empobrecedor”.
LA NACION