No pasó desapercibida su idiosincrasia, esos comportamientos estridentes y vinculados con la agresión con un eje prácticamente único de su personalidad. Furia trascendió en Gran Hermano por su modos, que algunos apoyaron, pero que una inmensa mayoría repudiaron por su tenor violento.
Tal grado de irritabilidad que el propio Telefe tomó una determinación increíble, la de desprenderse de un personaje mediático, que puede generar repercusión y una secuela obvia de atracción de televidentes y en consecuencia auspiciantes para recaudar ingresos.
Nadie imaginaba semejante decisión, la de rescindir el contrato que los unía por varios años, esos que firman todos los participantes del reality para que la señal líder de la televisión posea derechos sobre su imagen y actividades comerciales. Empero, el canal cortó el lazo legal para no tener ninguna relación con Julian Scaglione.