CARACAS.- Caracas amaneció este lunes cubierta por una extensa capa de nubes grises. Apenas unos pocos transeúntes merodeaban por las calles del centro de la ciudad, donde buena parte de los locales permanecían cerrados, como si se tratara de un día feriado o un primero de enero. Bajo este escenario lúgubre el Consejo Nacional Electoral (CNE) acreditó en un acto expeditivo a horas del mediodía a Nicolás Maduro como presidente de Venezuela en su tercer período hasta por lo menos el año 2031, abriendo un período en el que se prevé un refuerzo del autoritarismo del gobierno contra la oposición y otro capítulo de aislamiento e inestabilidad en un país sumido en una crisis humanitaria y económica que expulsó a casi 8 millones de venezolanos fuera.
“Es una procesa histórica. Otra vez lo volvió a hacer nuestro pueblo. Que sea irreversible Venezuela”, dijo Maduro tras recibir sus credenciales. “Nunca nos ha movido el odio, al contrario, hemos sido víctimas del odio de los poderosos (…) Se está intentado imponer en Venezuela un golpe de Estado nuevamente de carácter fascista y contrarevolucionario. Una especie de Guaido 2.0″.
El pronunciamiento de Maduro como presidente reelecto se produce cuando todavía no ha terminado el conteo de todas las actas electorales, se desconoce el resultado final y en paralelo se multiplican las denuncias de fraude de la comunidad internacional. Se espera que en las próximas horas la dupla opositora del candidato Edmundo González Urrutia bajo el ala de la líder María Corina Machado hable a la nación. En su discurso en el comando de Vente Venezuela en la madrugada de hoy González Urrutia y Machado insistieron en que la lucha por un cambio seguiría vigente “en paz”, sin realizar un llamado a la movilización.
El jefe del CNE anunció pasadas la medianoche los resultados y desde entonces su página web esta caída, y sin acceso a resultados. Gobiernos de todo el mundo exigieron que presente las actas de la elección.
Ante un trágico recuerdo de las masivas protestas del 2014 y el 2017, que dejaron un saldo aproximado de más de 200 muertes, mientras las calles permanecían desérticas, vecinos protestaron espontáneamente desde sus hogares con cacerolazos. En varias zonas de Caracas se hicieron sentir los golpes de las ollas al unísono y sin pausa. Así se evidenció el rechazo a los resultados electorales en Chacao, La Candelaria, Mariche, El Valle y Petare, donde los vecinos también entonaron las estrofas del himno nacional. “Así está la gente cansada de estos corruptos y estafados”, dijo una vecina del barrio a LA NACION.
Después de horas de incertidumbre y alta tensión en las calles de la capital venezolana, el Consejo Nacional Electoral (CNE) dio por ganador al presidente Nicolás Maduro con el 51,2% de los votos frente a un 44% del principal candidato opositor Edmundo González, en unos comicios que muchos consideraba la última esperanza para poner fin 25 años de chavismo y que acabaron con denuncias de fraude masivas por parte de la oposición y de la comunidad internacional.
En la madruga del lunes, el presidente Nicolás Maduro celebró su victoria ante la presencia de sus simpatizantes en una tarima a las puertas del Palacio de Miraflores, en donde aseguró que “no podrán jamás con la dignidad del pueblo de Venezuela”. Por su parte, el candidato opositor bajo el ala de la líder María Corina Machado hablaron a periodistas desde el comando de Vente Venezuela y aseguraron que Venezuela “tenía un nuevo presidente electo que es Edmundo González Urrutia. Ganamos y todo el mundo lo sabe”, dijeron.
La oposición denunció fraude por parte del oficialismo y reiteradas irregularidades después de que se le impidiera a los veedores opositores ingresar al CNE y que sólo recibieran la transmisión del 40% de las actas electorales, mientras que en muchos centros de votación se impidió el ingreso de los testigos electorales para el conteo, a pesar de los intensos esfuerzos opositores de que los votantes permanecieran a las puertas de los colegios para resguardar la voluntad popular “voto por voto”.
Miembros de la comunidad internacional y funcionarios de América Latina como el chileno Gabriel Boric, el uruguayo Luis Lacalle Pou y el presidente argentino Javier Milei desconocieron los resultados de la elección, mientras Estados Unidos expresó “serias preocupaciones por los resultados”. Se espera en los próximos días los informes de los veedores internacionales de centros internacionales como el Carter Center.
Ante las amenazas del oficialismo, Venezuela también inició un proceso que lejos está de saberse cómo terminará en que gran parte de la sociedad optó por hacer frente con el mecanismo democrático del voto.
“No se puede ver lo que pasó ayer como un final de algo, se tiene que ver como un proceso que busca la transición para la democracia para otra fase que empezaría hoy en base a lo que diga hoy la oposición”, indicó a este medio la politóloga Ana Milagros Parra. “Si tienes la información, las actas, y si tienes a una ciudadanía convencida y movilizada con valores cívicos de que ganaron, este el principio de algo. En 25 años que tiene la revolución bolivariana y los más de 10 años que tiene Nicolás Maduro en el poder, no habían estado en una posición tan frágil como lo están ahorita. Si todas las variables siguen funcionando como durante todo este año, este es el principio del final”.
A media mañana de este lunes, el Fiscal General Tarek William Saab dio su primer reporte sobre las elecciones del domingo en el que indicó “avances” en una investigación sobre supuesta intervención extranjera en el conteo de los sufragios, acusó a la líder opositora Machado con responsabilidad directa y enlistó una serie de delitos con graves penas de prisión para quienes se atrevan a desconocer el resultado electoral en el país.
“Aquí estamos advirtiendo que no vamos a tolerar ningún tipo de delito (…) Tenemos que rechazar los intentos de injerencia y las declaraciones temerarias realizadas por algunos pocos gobiernos latinoamericanos, que han pretendido erigirse en tutores de la democracia venezolana, en una vergonzosa reedición del nefasto Grupo de Lima”, comenzó Tarek William Saab en su discurso a la nación.
El fiscal afirmó que la demora en la transferencia de las actas se debió a un “intento de sabotear el proceso electoral, no solo a través de las noticias falsas en redes sociales, sino también con acciones concretas de agresión, al sistema eléctrico primero y durante la jornada electoral fue detectado un ataque informático contra el sistema de transmisión de datos del CNE”.
A pocas horas de haberse conocido los resultados, el fiscal destacó este lunes que la investigación ya ha logrado avances preliminares sobre tres actores involucrados. “El ataque habría sido realizado desde Macedonia del norte y habría tenido la intención de manipular los datos que se estaban recibiendo en el CNE”, dijo y luego agregó “María corina machado aparece como una de las principales responsables”.
Finalmente, advirtió que “los actos de violencia y llamados a desconocer los resultados oficiales pueden enmarcarse en los delitos de instigación pública, obstrucción de vías públicas, instigación al odio y resistencia a la autoridad”, con penas que van desde 10 a 20 años de cárcel, dependiendo del delito.
“Viene una ola de persecución y de represión”, afirmó Parra, que igualmente destaca que apenas es el principio de un proceso inédito ante una ciudadanía hastiada. “Se empoderó la ciudadanía. Se organizaron, participaron y cada persona que estuvo en su centro, defendió el voto y se enfrentó a los cuerpos de seguridad porque no les querían dejar ver el proceso de bonificación ciudadana o darles las actas saben lo que pasó. Tienes una ciudadanía convencida de que ganaron y que con seguridad saben que el resultado del CNE no es verdadero. Y este es un capital político que se construyó de una manera pacífica y con una lógica cívica para defender el derecho al voto con un mecanismo democrático dentro de un autoritarismo”, sumó.