Con escaso tiempo para experimentar, en medio de una sequía de gol, resultados insatisfactorios y con la vieja guardia en retirada. Pese a ese contexto poco estimulante, Ricardo Gareca asegura que mantiene el gran entusiasmo que lo llevó a asumir en la segunda quincena de marzo la dirección técnica de Chile, que en este momento se ubica en el octavo puesto en las eliminatorias, fuera de las plazas clasificatorias para el Mundial.
“Pensamos en ganar, esa es la idea”, dijo el Tigre en la última conferencia de prensa en Santiago, antes del vieja de la delegación a Buenos Aires, donde el jueves enfrentará en el Monumental a la Argentina, en la reanudación de las eliminatorias. Hay un antecedente cercano, por la Copa América, a fines de junio, cuando la Argentina se impuso 1-0, con un gol de Lautaro Martínez a los 43 minutos del segundo tiempo.
“Supongo que va a ser un partido muy disputado, como el de la Copa América. Jugaremos en un campo más grande, no tan comprimido como el de los Estados Unidos. El anterior fue un partido parejo, hicimos lo que debíamos. Por lo general, contra la Argentina no se te presentan muchas situaciones de gol. Nosotros las tuvimos, pero no las aprovechamos. Confío en que podamos desarrollar un juego más fluido”, expresó Gareca.
Chile atraviesa una racha de seis partidos oficiales consecutivos sin marcar goles. Los tres últimos de las eliminatorias y los tres de la etapa de grupos de la Copa América. “Si bien no convertimos, en la Copa América tuvimos oportunidades. Tengo la esperanza de retomar lo bueno visto en la previa a ese torneo. Confío en que nos vamos a reencontrar pronto con el gol, tenemos todos los argumentos para hacerlo. Estoy tranquilo, con fe, tenemos buenos jugadores. Hay rachas que se presentan y hay que superarlas, estamos en condiciones de hacerlo”, observó el director técnico argentino, en referencia a los amistosos en los que su equipo goleó a Paraguay y a Albania, y marcó dos tantos en la derrota ante Francia.
Por primera vez en los últimos 19 años, en una convocatoria para una competencia oficial no figuraron alguno de los cuatro referentes de las últimas décadas: el arquero Claudio Bravo (recientemente se retiró del seleccionado), Gary Medel (no fue citado por decisión técnica), Arturo Vidal (está lesionado, pero igual no hubiese sido tenido en cuenta) y Alexis Sánchez (lesionado). Tampoco figura Charles Aránguiz (101 partidos internacionales), que ya dejó de ser llamado en los últimos cotejos del ciclo de Eduardo Berizzo.
Ante esta transición generacional, Gareca reconoció sobre el plantel que tiene al mando: “Por ahora no veo un líder natural en la selección, como lo tuvo en otros momentos. Hoy por hoy no lo tiene, creo que el líder más importante es el grupo que se va armando, del que luego emergerá ese líder que toda selección tiene. Puede haber más de un líder, es el proceso que estamos atravesando, con un grupo de muchachos que asumen lo que dejaron los que ya no están”.
Esta falta de oficio y experiencia del plantel trasandino en el alto nivel internacional ya mereció una observación de Gareca a sus jugadores cuando terminó el primer tiempo del encuentro frente a la Argentina en la Copa América. “Fíjense que le están hablando al árbitro, vayan”, les advirtió el Tigre sobre lo que estaban haciendo los futbolistas argentinos.
El entrenador dijo que no tiene definido quién será el capitán, que seguramente se inclinará por algún experimentado, posibilidad que apunta a Mauricio Isla, el ex lateral de Independiente. Las bajas de Chile se extienden a Diego Valdés, volante ofensivo de América de México, y el lateral Gabriel Suazo, suspendido.
Gareca afronta una etapa de construcción (”No hay tiempo para experimentar, hay que sostener y exigir. Corregir y trabajar”) en la que no le da lo mismo enfrentar a una Argentina sin Lionel Messi: “A la Argentina la veo bien. Si me preguntan si quiero que esté Messi, obviamente digo que no. Prefiero que no esté. Pero esa ausencia no invalida la categoría y todos los recursos que tiene la selección. No desconozco que la Argentina es capaz de resolver la ausencia de Messi, ya lo hizo en otras oportunidades. Sin Messi y Di María obtuvo buenos rendimientos y resultados. No varía tanto que esté uno u otro”.
LA NACION