En lo que puede considerarse como un triunfo del Gobierno, que logra ganar tiempo por segunda semana consecutiva, el oficialismo y los bloques dialoguistas del Senado decidieron postergar el tratamiento del decreto de necesidad y urgencia (DNU) que incrementó en $100.000 millones los gastos reservados de la SIDE.
Así, el Senado discutirá este jueves, a partir de las 14, los proyectos de boleta única de papel y de financiamiento universitario, iniciativa ésta última que el presidente Javier Milei prometió vetar como ya lo hizo con la recomposición a los jubilados.
El argumento que le permitió a la vicepresidenta Victoria Villarruel empantanar el tratamiento del DNU fue un inédito pedido del Poder Ejecutivo de que convocar a una sesión secreta para que el director de la SIDE, Sergio Neiffert, y los ministros de Seguridad y Defensa, Patricia Bullrich y Luis Petri, respectivamente, concurrieran al recinto de la Cámara alta a brindar explicaciones sobre el destino de los fondos inyectados en la Secretaría de Inteligencia por el Gobierno.
La propuesta del Ejecutivo lleva la firma del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, e ingresó a la Cámara alta minutos antes de que se celebrara una tormentosa reunión de jefes de bloque en la que el kirchnerismo manifestó su enérgico rechazo a postergar el tratamiento del decreto.
De hecho, al término del encuentro, los líderes de Unión por la Patria anunciaron que este jueves insistirán con discutir el rechazo del DNU. Les contestaron que, al no estar contemplado en el plan de labor de la sesión, tendrán que reunir el voto de los dos tercios de los presentes para poder tratarlo sobre tablas. El cruce de opiniones promete hoy un debate caliente.
A pesar de no prosperar, la propuesta del Gobierno de enviar a Neiffert, Bullrich y Petri logró su cometido, al darle al oficialismo y a los bloques de la oposición dialoguista un nuevo argumento para, al menos por una semana, evitar que el Congreso derogue el DNU, que ya fue rechazado por la Cámara de Diputados.
El logro, aunque parece efímero, no es menor. De sufrir un revés en la Cámara alta, el decreto de necesidad y urgencia quedará sin efecto, aunque las medidas adoptadas mientras estuvo vigente estarían cubierta de cierta legalidad. Si el Senado finalmente lo rechaza, sería la primera vez que un instrumento de este calibre termine repudiado por ambas cámaras desde que se reglamentó el trámite legislativo de los decretos de necesidad y urgencia, en 2006.
El reglamento de la Cámara alta establece en su artículo 18 que “con carácter excepcional pueden ser secretas” las sesiones en cuatro supuestos, uno de los cuales contempla la posibilidad de que se celebren “por pedido del Poder Ejecutivo”. Los otros tres son cuando se trate un tema que a criterio de la Cámara tenga el carácter de secreto, por resolución fundada de la presidencia del cuerpo, es decir de Victoria Villarruel; y a pedido justificado de cinco o más senadores.
Según pudo saber LA NACION, la jugada de la sesión secreta se terminó de acordar en la Casa Rosada, durante el encuentro que Milei y Bullrich mantuvieron ayer por la mañana con Villarerruel y un grupo de senadores encabezados los presidentes de las bancadas oficialista, Ezequiel Atauche (Jujuy); de Pro, Luis Juez (Córdoba); de la UCR, Eduardo Vischi (Corrientes), de Cambio Federal y de Unidad Federal, los peronistas Juan Carlos Romero (Salta) y Carlos Espínola (Corrientes).
Ya de regreso al Senado los mismos protagonistas, sin el presidente y la ministra de Seguridad, sostuvieron un almuerzo en el comedor del primer piso del Palacio Legislativo en el que terminaron de acordar las posturas que horas después sostendrían en la reunión de labor parlamentaria.
Más allá del logro de postergar la caída del decreto que beneficia al asesor presidencial Santiago Caputo, que maneja la SIDE a través de Neiffert, su hombre de confianza, el temario del Senado contempla el tratamiento del proyecto que garantiza la actualización por inflación del presupuesto de las universidades nacionales.
La iniciativa cuenta con amplio respaldo por lo que el oficialismo no tiene muchas chances de bloquear su sanción definitiva, ya que el proyecto llega aprobado por la Cámara de Diputados. No obstante, Milei anunció que vetará la ley.
El otro tema previsto, que está primero en el temario, es el de boleta única de papel. El proyecto también vino en revisión de la Cámara baja y es resistido por el kirchnerismo, que no quiere saber nada con eliminar la boleta partidaria actual herramienta electoral.
A la iniciativa se le introducirán modificaciones, por lo que volverá en segunda revisión. Según fuentes oficialistas, estarían los 37 votos afirmativos que requiere la Constitución para aprobar un proyecto de índole electoral.