A 34 años de la muerte de María Soledad Morales, la joven de 17 años que fue brutalmente asesinada el 8 de septiembre de 1990 por los llamados “hijos de poder”, Catamarca se convierte otra vez en el escenario en el que las amigas y el círculo íntimo de la víctima vuelven a reunirse para hacer una nueva marcha del silencio, la misma que retratará la directora Lorena Muñoz en María Soledad: el fin del silencio, el documental que se estrenará en Netflix el próximo 10 de octubre.
La producción, a cargo de Red Creek y Néctar Films, cuenta con testimonios exclusivos de figuras clave en el caso, como la hermana Marta Pelloni, la rectora del colegio de monjas del Carmen y San José, donde asistía la adolescente, quien estuvo al frente de la protesta por la aparición con vida de María Soledad; también participarán el fiscal Gustavo Taranto y la periodista Fanny Mandelbaum, como también quienes fueron sus compañeras de escuela.
Muñoz, quien estuvo a cargo de los biopics Gilda, no me arrepiento de este amor y El Potro, fue lo mejor del amor, y que desde el año pasado viene preparando la docu-serie Releyendo a Mafalda, recalcó el significado de este trabajo que desembarcará muy pronto en el gigante del streaming. “Esta película habla de la amistad, porque aun cuando el crimen fue revisado por el periodismo a lo largo de los años, nunca se lo abordó desde el punto de vista de un actor social que hoy es el principal motor de las luchas de género en el continente: las jóvenes”, comenzó diciendo.
También destacó el rol que tuvieron aquellas adolescentes que se convirtieron en heroínas: “En este caso, las amigas de María Soledad, las que todavía la recuerdan llorando, las que pelearon para que la verdad saliera a la luz y, siendo menores de edad, se convirtieron en heroínas. Las protagonistas olvidadas. Una monja y un puñado de adolescentes combatiendo la injusticia con un arma impensada: el silencio. La mayor protesta pública de Pelloni y sus alumnas fue una larga serie de marchas -82 en total- que convocaban un promedio de 25 mil personas por vez”.
Por último, concluyó: “Todas se prometieron encontrar al culpable, pero lo que ninguna imaginó, es que esa promesa sería uno de los motores fundamentales a la hora de activar los reclamos de justicia por el femicidio de su amiga”.
Cabe destacar que esta no es la primera vez que llevan a cabo un proyecto audiovisual sobre el caso que estremeció al país. En 1993, el director de cine Héctor Olivera ―autor de La Patagonia rebelde y La noche de los lápices― filmó El caso María Soledad, que lideró en taquilla y tuvo a Valentina Bassi como protagonista.
La noche del viernes 7 de septiembre de 1990, María Soledad, quien estaba cursando el 5º año de la secundaria, fue a bailar a “Le Feu Rouge”, en donde se organizaba una fiesta con el fin de recaudar fondos para el viaje de egresados. Sus padres le habían dado permiso de quedarse a dormir en la casa de una compañera suya. María Soledad les dijo que volvería alrededor de las 16 horas del siguiente día, pero esto no ocurrió.
Entre las 3 y 3:30 de la mañana, Luis Tula, quien en ese momento era su novio, la pasó a buscar por el lugar y la llevó a otro boliche que se llamaba “Clivus”. Allí la presentó a otros hijos de funcionarios políticos y policiales de la provincia, entre los que se encontraba Guillermo Luque. De acuerdo a testigos, se la llevaron en un estado de inconsciencia.
El lunes siguiente, el cuerpo de la joven fue encontrado en un lugar reconocido como Parque Daza, sobre la ruta. Horas más tarde, se supo que había sido violada y que murió a causa de un paro cardíaco por una dosis letal de cocaína, sustancia que los mismos secuestradores y asesinos la obligaron a consumir.
Solo hubo dos condenas: Guillermo Luque -hijo del entonces diputado nacional Ángel Luque-, condenado a 21 años de cárcel por asesinato y violación, y Tula, condenado a nueve años, por partícipe necesario.
LA NACION