La esposa de Jorge Lanata, Elba Marcovecchio, se refirió este domingo a la voluntad del periodista en medio de su delicado estado de salud. “La jueza ha levantado el bozal legal que prohibía a los medios de comunicación hablar de Jorge. Bozal que solicitaron sus hijas. No yo. Yo jamás hubiera solicitado una medida que fuera en contra de lo que Jorge pregona y defiende cada día como periodista”, dijo la abogada en una serie de historias en su cuenta de Instagram.
Sin embargo, en el fallo en el que la jueza Lucila Córdoba había pedido no mencionar la disputa en los medios, la magistrada explicó que la medida se resolvió tras “la presentación espontánea en la sede del juzgado de la Sra. Elba Lorena Marcovecchio (…)”, cuando la letrada puso en conocimiento la “gran angustia por lo que está pasando” su cónyuge y su delicado estado de salud, así como también manifiesta encontrarse ella en “estado de vulnerabilidad”.
En este contexto, la jueza dispuso “hacer extensiva la prohibición oportunamente dispuesta de exponer, difundir o divulgar datos, informaciones o imágenes que permitan identificar, directa o indirectamente al Señor Jorge Ernesto Lanata a través de cualquier medio de comunicación o publicación en contra de su voluntad, cuando se lesione su dignidad o reputación o que constituyan injerencias arbitrarias o ilegales en su vida privada o intimidad familiar “.
Con la canción “Alta suciedad” de Andrés Calamaro de fondo, Marcovecchio continuó su descargo: “Espero que todos aquellos que me adjudicaron infamemente la petición del bozal tengan la nobleza de retractarse”. Acto seguido, la letrada difundió capturas de un escrito que mostraría cómo las hijas del conductor de PPT solicitaron el bozal legal que -aseguró- “muchos medios y colegas” de Lanata le adjudicaron.
“Y así determinó la jueza el bozal a los medios de comunicación conforme se lo solicitaron las hijas de Jorge”, sostuvo e insistió: “No yo”. En la resolución que lleva la firma de la jueza civil de familia Lucila Córdoba se lee: “Disponiendo finalmente que en el caso, a los fines de tutela indicados, corresponde limitar el ejercicio de los derechos de información y expresión, prohibiéndose exponer, difundir o divulgar datos, informaciones o imágenes que permitan identificar, directa o indirectamente al Señor Jorge Ernesto Lanata a través de cualquier medio de comunicación o publicación en contra de su voluntad, cuando se lesione su dignidad o reputación o que constituyan injerencias arbitrarias o ilegales en su vida privada o intimidad familiar”.
En ese marco, la esposa del periodista -quien se describe en su perfil como “optimista empedernida”-, afirmó: ”El bozal legal pedido por las hijas de Jorge solo buscaba impedir que me defendiera de las mendaces acusaciones en mi contra”. En el fallo, Córdoba mencionó: “Ante lo expuesto, solicito se ordene a la Sra. Marcovecchio y a sus letradas se abstengan de continuar difundiendo en cualquier medio de prensa y comunicación (televisión, grafico, radial, medios digitales y/o publicación en páginas WEB), información que involucre al Sr. Jorge Ernesto Lanata su imagen, intimidad, situación familiar e información relativa al trámite de la presente causa”.
Sobre el final de la serie de publicaciones, Marcovecchio reiteró: “Yo no pedí un bozal. Lo pidieron las hijas. Yo no pedí una determinación de capacidad de Jorge. Los pidieron sus hijas. Yo jamás traicionaría la voluntad de mi marido”. Minutos después, compartió una foto de su casamiento con Lanata y escribió: “La verdad siempre te alcanza. Les ruego que confíen en la voluntad de Jorge… y tengan la templanza de esperar las pruebas”. Y cerró con un mensaje dedicado a su marido: “Te amo y voy a seguir cuidándote y haciendo todo lo que me pediste”.
El revuelo comenzó luego de que sus hijas presentaran una demanda, que tramita ante el Juzgado Nacional en lo Civil de Familia N°8, en la que denuncian que Marcovecchio realizó múltiples visitas al departamento de Lanata ubicado en la calle Esmeralda, el mismo edificio donde ella también reside, y habría sustraído tanto “dinero en efectivo” como “objetos de gran valor económico y emocional”.
De acuerdo a lo expuesto, las hijas de Lanata acusan a la mujer de su padre de actuar “aprovechando la vulnerabilidad” del periodista, quien, debido a su estado de salud, no podía intervenir ni estar al tanto de dichas acciones. Entre los objetos sustraídos se encuentran relojes de alta gama; obras de arte y sus respectivos certificados de autenticidad; joyas y otros documentos importantes. Las hijas del conductor describen en la denuncia que “Marcovecchio se presentó en varias ocasiones en el domicilio del periodista acompañada de personas ajenas al entorno familiar, y que durante esas visitas retiró estos bienes sin autorización”.
LA NACION