Este viernes, las universidades públicas oficializaron su rechazo al incremento salarial del 5,8%, que el Gobierno calificó como «histórico». Según el Ministerio de Capital Humano, además de este aumento salarial, las universidades recibieron un alza del 270% en los fondos para gastos operativos y 49 mil millones de pesos adicionales para los hospitales universitarios.
Gremios docentes preparan masiva marcha universitaria
Específicamente, la cartera dirigida por Sandra Pettovello propuso un incremento del 5,8% adicional al 1% ya acordado para el personal docente y no docente de las Universidades Nacionales, a implementarse en octubre. Sin embargo, los gremios FEDUN, CONADU, FATUN y FagDUT rechazaron la oferta, impidiendo que sus ingresos pasen a «niveles equivalentes al Sistema Nacional de Empleo Público (SINEP)», según indicó Nación.
Por su parte, los gremios definieron la propuesta como una «falta de respeto» y ratificaron su intención de avanzar con una manifestación masiva a nivel nacional en defensa de la educación universitaria pública. Al referirse a la negativa del aumento, el secretario general de Fedun, Daniel Ricci, dijo que el reclamo tiene que ver con que «el presupuesto no va a alcanzar ni para pagar las facturas de luz y gas».
«Día a día se van deteriorando el presupuesto y nuestros salarios. Hoy llevamos 70 puntos perdidos frente a la inflación. La marcha del 2 de octubre es para pedirle a los diputados y senadores que rechacen el veto de Milei», agregó y concluyó con una petición a estos mismos: «No se dejen apretar y no pierdan sus convicciones».
De esta forma, la discusión de Nación con los gremios universitarios volvió a tomar temperatura, lo que generó que el Ejecutivo deslizará nuevas soluciones al problema de presupuesto. Con ello, se volvió a poner sobre la mesa la posibilidad de acudir al sistema de vouchers y el «Préstamo de Honor», pero, ¿de qué trata cada uno?
Así explicó Javier Milei el sistema de vouchers educativos
Antes de asumir como diputado nacional, el ahora Presidente de la Nación había deslizado su intención de avanzar con un sistema de vouchers educativos con los que, según su análisis, incentivaría a las instituciones públicas a mejorar. En una entrevista informal que le cedió al comunicador Augusto Grinner (conocido en redes sociales como «Depe»), Milei explicó que este sistema se desprende de un libro del economista Friedrich Hayek denominado «Los Fundamentos de la Libertad».
Teniendo en cuenta la necesidad de un Estado que intervenga en los sectores más sensibles como la seguridad, salud y educación, Milei explicó: «La gente quiere que haya educación para todos; entonces, lo que propone Hayek es desarrollar un sistema que genere el menor daño posible». Ese mismo consta en que el presupuesto del que disponga la cartera de Educación, se transforme en vouchers que sean distribuidos de manera equitativa a todos los estudiantes, para que sean ellos quienes elijan a qué institución asistir.
«Puede ser una institución pública o privada», explicó Milei, señalando que esta competencia obligaría a las instituciones a mejorar su oferta educativa. En caso contrario, «van a ir a la quiebra porque nadie las va a elegir». Además, destacó que este sistema desalienta el adoctrinamiento que, según él, sufren muchos estudiantes que no tienen los recursos para acceder a una educación privada.
«Están adoctrinando, lavándole el cerebro a la gente y creando esclavos devotos de la ‘religión del Estado’. También hay muchos negocios detrás. Por eso no quieren competir», afirmó Milei. Luego se preguntó: «¿Por qué condenar a los que tienen menos recursos a estudiar en un lugar donde los adoctrinan?»
¿Qué es el «Préstamo de Honor»?
Otro sistema que ganó relevancia en los últimos días es el «Préstamo de Honor», implementado en países como Chile y Estados Unidos. Se trata de un programa de asistencia económica dirigido a estudiantes en situación de vulnerabilidad financiera, diseñado para evitar que abandonen sus estudios por falta de recursos.
Para acceder a este préstamo, el estudiante debe ser regular, tener buenas calificaciones y demostrar que su hogar no cuenta con los ingresos suficientes para solventar los estudios. En Chile, por ejemplo, el préstamo cubre hasta el 20% del costo de la matrícula en una institución privada, mientras que el alumno debe cubrir el 80% restante.
En el caso de la Universidad Di Tella, tras el análisis meticuloso de un comité «se le asignará hasta un 90% del arancel en préstamo»; y una vez que el estudiante se gradúe, este deberá devolver el préstamo en montos acordados previamente según la situación laboral de cada uno. Entonces, el objetivo de Milei es adaptar este sistema para que los estudiantes de universidades públicas paguen una cuota mensual reducida. Aunque, por el momento, ningún funcionario precisó cómo se implementaría este programa.
El rechazo de Sandra Pettovello
La ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, se metió de lleno en la polémica y emitió un duro comunicado sobre la movilización universitaria prevista para el primer miércoles de octubre, y afirmó que el reclamo «responde más a intereses políticos que a las necesidades del sistema educativo».
La funcionaria destacó la importancia de priorizar la educación sobre las confrontaciones políticas, y negó que desde su ministerio se haya avalado el desfinanciamiento de las universidades públicas. «El compromiso del Gobierno con la universidad pública se ha mantenido firme. Simplemente, se ha exigido claridad en la gestión de los recursos transferidos. Desde el ministerio, se asignaron más de 192 mil millones de pesos, cumpliendo con los acuerdos para los aumentos en gastos operativos (un incremento del 270%)», señaló en el comunicado.
Los alumnos, bajo la lupa
Por último, el secretario de Educación, Carlos Torrendell, denunció que las universidades públicas «inventan alumnos» para exigir más fondos públicos al Estado. «Hay 600.000 alumnos en las universidades nacionales, aproximadamente, que no sabemos si están inscriptos en alguna materia o no porque no está informada la inscripción», dijo en una entrevista radial.
Bajo ese pie, apuntó contra el 38% de los inscriptos que asegura no estar registrados de manera formal ni inscriptos a ninguna materia. Teniendo en cuenta que «los fondos se reparten de acuerdo a eso», es importante tener precisión acerca de la cantidad de estudiantes que tiene cada universidad y cuantos de ellos asisten de manera regular.
Según el funcionario, este desmanejo tiene como finalidad «inventar alumnos» para exigirle más fondos al Estado. Por eso se ve que hay carreras y aulas que, cuando empiezan a perder alumnos, continúan con los docentes pese a tener, en promedio, 15 o 20 estudiantes por aula: «Es el efecto de una larga tradición de desinformación y opacidad», cerró.