En la Casa Rosada había optimismo este lunes en poder blindar el veto del presidente Javier Milei a la ley de financiamiento universitario, que la oposición buscará defender este miércoles en Diputados. Para eso, reconocen, fue central el apoyo de Pro, que esta tarde garantizó sus votos y achicó la diferencia con los que aún falta conseguir.
Días atrás, Milei había recibido un mensaje del expresidente Mauricio Macri. Ocupado en ese momento, según cuentan muy cerca suyo, le pidió a su asesor estrella, Santiago Caputo, que se encargara directamente del tema. Caputo venía siendo objeto de críticas por parte de Macri, cuyo entorno, además, había dejado trascender cierto malestar con algunas actitudes del actual mandatario.
La confianza de Milei en Caputo es tal que, según cuenta cerca del Presidente, se desentendió del tema hasta el jueves pasado. Fue cuando el estratega le avisó que el encuentro con el exmandatario había sido “muy bueno”. Milei no le pidió más detalles. “Vio los resultados exitosos”, completan en el primer piso de Balcarce 50, en referencia a lo sucedido este lunes con el comunicado de Pro que garantizó sus votos para la pelea en Diputados.
Milei y Macri no volvieron a hablar del tema, pero sí de otro asunto que, por ahora, permanece bajo siete llaves y por el que chatearon en los últimos días, según pudo saber LA NACION. El mandatario y el titular de Pro llevan días sin verse después de haber cenado cinco semanas consecutivas en Olivos.
En la Casa Rosada afirman que ni Pro ni Macri recibieron algo a cambio de su apoyo. Consideran que ese bloque “hubiera quedado muy mal parado si votaba igual que el kirchnerismo o Sergio Massa” y, también, que Macri “corría un riesgo” si dejaba en libertad a sus diputados para que votaran como quisieran. “Era mostrar debilidad”, evaluó otra de la voces consultadas por este diario.
El espaldarazo de Pro que garantizó los votos de sus legisladores para este miércoles fue una excelente noticia para el oficialismo que, si bien respiró aliviado, reconoce que aún no tiene los votos para sostener el veto presidencial. Por estas horas, el Gobierno mira la lista de posibles ausencias en la sesión y trabaja para sumar voluntades. Entre ellas, mencionan las de algunos radicales que se sumen a los cinco que defendieron el veto al aumento para los jubilados.
En paralelo, el Gobierno trabaja para lograr la privatización de Aerolíneas Argentinas. Para ello, este lunes fue al Congreso el vicejefe de Gabinete, José Rolandi. En este caso, el optimismo del Gobierno se sostiene en la actuación de los gremios aeronáuticos. “[Pablo] Biró nos hizo un favor”, dicen sobre el secretario general de Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA). Entienden que los paros y asambleas de las últimas semanas, que afectaron a miles de pasajeros, contribuyeron en la batalla ante la opinión pública.
“A principios de año era impensado avanzar con la privatización, tres meses atrás también, pero ahora no”, dijo una fuente de la Casa Rosada, en relación a que el Gobierno intentó y no logró mantener a Aerolíneas en la lista de 41 empresas estatales a ser vendidas, incluida en la Ley Bases.
Este lunes, mientras Rolandi partía rumbo al Congreso, de las oficinas de la Jefatura de Gabinete salían el intendente de Tigre, Julio Zamora, y el exintendente de Hurlingham Juan Zabaleta. Los dirigentes peronistas venían de estar reunidos con el vicejefe de Gabinete, Lisandro Catalán, y el subsecretario de Integración Sociourbana, Sebastián Pareja, hombre de confianza de Karina Milei y uno de los armadores de La Libertad Avanza (LLA) en Buenos Aires.
“Me reuní con el subsecretario de Integración Socio-Urbana, Sebastián Pareja; el intendente de Tigre, Julio Zamora; y el dirigente Juan Zabaleta, para conversar sobre el presente y avanzar en una agenda de trabajo de cara a los desafíos que tiene la Provincia de Buenos Aires por delante”, posteó Catalán tras el encuentro con ambos.
Según la comunicación oficial, la reunión ahondó en cuestiones de obra pública. Desde la Casa Rosada afirmaron que la gobernación de Buenos Aires, en cabeza de Axel Kicillof, no firmó el traspaso de obras públicas nacionales, como sí hicieron la mayoría de las provincias. Y que, ante ese escenario, los intendentes debían hablar directo con el Poder Ejecutivo para destrabar la situación. “Van viniendo los intendentes para destrabar lo que no destraba la provincia”, apuntaron en la sede de gobierno.
En los hechos –porque Zabaleta no tiene obras a su cargo y porque la mayoría de las provincias que firmó ese traspaso de obras tampoco recibió los fondos–, se trató de una reunión política con dos dirigentes peronistas que están alejados hoy del kirchnerismo duro y La Cámpora.
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