La industria automotriz estadounidense se encuentra ante un importante: Chevrolet anunció el fin de la producción del Chevrolet Malibú, uno de sus modelos más emblemáticos. Este movimiento responde a la preferencia, cada vez más marcada del mercado, por vehículos SUV y pick-ups, en detrimento de los sedanes tradicionales, una tendencia que se consolidó en los últimos años.
Como informó Autotest, la fecha marcada para el fin de la fabricación del Malibú es noviembre de este año. El modelo, que actualmente es el único auto que la marca del moño comercializa en Estados Unidos, dejará de producirse en la planta de Fairfax, Kansas.
Esta, que fue clave en la fabricación de vehículos Chevrolet, cerrará de forma temporal hasta 2025 para llevar a cabo un reacondicionamiento completo. Desde el próximo año se enfocará en la estrategia de “electrificación” de la compañía, con la fabricación del Chevrolet Bolt y el Cadillac XT4.
Con esta decisión, dejará de vender sedanes en el mercado norteamericano y concentrará su oferta en SUVs, pick-ups y deportivos, entre los que se destacan los conocidos Camaro y Corvette.
Características del Chevrolet Malibu
El Malibú actual, en su última evolución, se presentó en 2016. Este modelo se posicionó por debajo del Impala y ofrece una carrocería de gran tamaño, con 4,92 metros de longitud y un diseño que remite al Chevrolet Cruze. Bajo su capó, el Malibú se mueve gracias a un motor 1.5 turbo de cuatro cilindros, con 165 caballos de fuerza y 250 Nm de torque. Este motor se asocia a una transmisión automática CVT, que transmite la potencia exclusivamente al eje delantero.
Atrás quedaron los días en que los primeros Malibú de los años 60 contaban con potentes motores V8 y tracción trasera, ya que la evolución del modelo reflejó la necesidad de adaptarse a nuevas demandas y tendencias del mercado, donde se prioriza la eficiencia y la practicidad.
Para quienes aún prefieren los sedanes sobre las SUVs, la noticia no es alentadora. Chevrolet no tiene planes lanzar un reemplazo directo para el Malibú. En su lugar, centrará sus esfuerzos en la expansión de su gama de camionetas y vehículos eléctricos, que lentamente ganan protagonismo en Estados Unidos. Esta transición refleja el cambio de prioridades de los consumidores, quienes cada vez más optan por vehículos más grandes o con tecnologías de propulsión alternativa.
El fenómeno de la desaparición de los sedanes no es exclusivo de Estados Unidos. En América Latina, Chevrolet también redujo su oferta de autos con carrocería de sedán. En la Argentina, la producción del Cruze finalizó este año, aunque todavía quedan algunas unidades en stock. De igual manera, el Chevrolet Joy, que se producía en Colombia en versiones hatchback y sedán, también fue discontinuado.
El único sedán de Chevrolet que parece tener un futuro inmediato es el Onix, fabricado en Brasil, donde está previsto un rediseño para permitir que siga en el mercado unos años más. La pregunta que surge es si este es solo el comienzo del fin para los sedanes de la marca, tanto en Norteamérica como en otras regiones.
El anuncio del final del Malibú simboliza un momento importante en la evolución de la industria automotriz, donde las preferencias del consumidor y las políticas hacia la electrificación están moldeando un nuevo escenario en el que los sedanes tradicionales parecen perder terreno ante las nuevas tendencias.
LA NACION