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Baglietto-Vitale, sobre su tributo al rock nacional: Nos lo debíamos desde hace mucho tiempo

En sus más de 30 años de trayectoria, el dúo Baglietto-Vitale expuso sus visiones sobre la canción testimonial-urbana, sobre el tango y sobre el folklore. Pero si bien entregó alguna que otra versión ocasional, como la de Ji Ji Ji (Los Redondos) en 2006, nunca lo había hecho con el rock.

La buena nueva es que esta cuenta pendiente para estos dos músicos educados y desarrollados artísticamente en este género-cultura se salda ahora con un espectáculo en el que también involucran a sus hijos (Jano Vitale en bajo, Julián Baglietto en batería).

Se trata de Ahora, Rock, que se promociona como “una celebración de su amor por el género y una muestra del profundo compromiso que ambos músicos tienen con su arte”. Y que se representará en nuestra provincia en una minigira que comenzará el jueves en Bell Ville, continuará el viernes en Alta Gracia y el sábado en Córdoba capital, y finalizará el domingo en Las Varillas.

“Es un proyecto que nos debíamos desde hace tiempo. Era algo que teníamos pendiente. Tengo un speech armado que vengo repitiendo incansablemente en los shows, y en el que digo que no venimos del tango. Eso como introducción al bloque tanguero, que seguimos ofreciendo. Y la verdad es que cuando pudimos elegir la música que queríamos escuchar, no fue el tango, fue rock”, fundamenta Juan Carlos Baglietto en contacto con La Voz.

“Y básicamente, fue rock en castellano, independientemente de los discos de los Beatles o de esas bandas que, por supuesto, marcaron la juventud de un montón de gente –añade–. ¡La vida de un montón de gente! Y bueno, nos debíamos hacer un disco así. Yo hice uno en el año ‘85, que se llamó Acné. Tenía un concepto similar, a pesar de que en ese momento lo que intenté hacer era reflejar los lados B de los discos”.

Baglietto recuerda que, en aquella obra, su propósito fue meter canciones que no fueron los éxitos absolutos, sino que, pese a su hermosura, cedieron su impacto a otras. “En ese caso, lo que decidí fue hacer un reconocimiento a creadores que nos marcaron el camino, tanto a nosotros como a muchos otros artistas. Incluso a muchos otros músicos y artistas de otros países”, refuerza.

“En Argentina, Los Gatos, Manal y Almendra fueron los que incursionaron en el rock cantado en castellano mucho antes de que lo hicieran en otros países de habla hispana, como la misma España o México. Allá, cantaban en inglés. Bueno, de ahí venimos nosotros. Tenemos unos cuantos años y crecimos al amparo de esa música, mamando eso. De la misma manera que hacemos nuestra visión acerca del tango y del folklore, hacemos nuestra visión de esta música que fue la que nos impulsó en muchos sentidos”, señala.

E inmediatamente concluye: “Resumo la idea, el rock es una música que nos inspiró a abordar otros géneros desde un lugar distinto. Hacemos tango con una actitud que no es la del tanguero tradicional, lo hacemos más con una actitud de rock que con otra más conservadora”.

–¿Las contribuciones de sus hijos se decantaron naturalmente para este proyecto?

–Es premeditado tocar con nuestros hijos. Y lo hacemos, además, porque son recontrabuenos músicos. Por otro lado, nos ponen una cuota de talento joven y aportan una visión un poco distinta a la nuestra. En lo personal, mis hijos me han hecho escuchar cosas que, por mi cuenta, no hubiera escuchado. Lito es más abarcativo (sic), un tipo más amplio en su escucha, digamos, ¿no? Además, por su profesión de productor, está todo el tiempo informándose de lo que sucede en distintos rubros. Yo soy menos inquieto. Está buenísimo tocar con nuestros hijos, ¿viste? ¿Qué más puede uno pedir que mirar por el costado y encontrarse a los pibes que eligieron el mismo camino que uno?

–Nada más, claro.

–Exacto. Nuestros hijos son unos musicazos. De hecho, son mejores que nosotros en ese momento. O por lo menos, los míos son mejores que yo cuando arranqué. Tienen una actitud muy comprometida. Por ahí, en una de esas nos bajan de un plumazo.

–Ya que están en plan retrospectivo con Lito, te pregunto qué deberían decir las enciclopedias del rock nacional sobre Juan Carlos Baglietto.

–¿Sobre mí?

–Sí.

–En principio, que aparecí en un momento sociopolítico y cultural muy particular. Dictadura militar y ya incipiente salida de esa situación, guerra en Malvinas… Que aparecí en el medio de un cóctel pirotécnico. Y que no solo yo, sino la trova en general (los músicos/músicas y compositores/compositoras de Rosario) vinimos a dar una opinión sobre la música popular que tenía que ver con el rock. También debería contar que traíamos un olor a música del interior, desde el folklore del Litoral hasta un poco de tango. Básicamente, llegamos a enriquecer la canción popular. No sé, supongo que debiera decir que irrumpimos en un momento muy particular y que fuimos colaboradores de esa postal de época, de contar esa realidad que se vivía en ese momento. Fuimos una especie de, no sé, de aire fresco a lo que había en el escenario. Nosotros como tantos otros, ¿no? Pero vos me preguntás por mí.

Baglietto y su felicidad al interpretar a El Principito

–Cambio de frente. ¿Cuáles fueron tus impulsos para reestrenar “El Principito” –que está teniendo mucho éxito en la porteña calle Corrientes–? ¿Hay posibilidades de traer esa puesta a Córdoba?

–Sí, hay una posibilidad de llevar El Principito a Córdoba. En realidad, la temporada acá en Buenos Aires terminó, hicimos 30 funciones, y vamos a hacer unas cuantas en Rosario… Ojalá podamos llevar El Principito a Córdoba. Es una obra voluminosa, digamos. Somos como 40 personas entre escenografía, vestuario, técnica e intérpretes. De todos modos, lo importante de El Principito no es el tamaño de la obra, sino lo que sucede con la gente y lo que nos sucede a nosotros al interpretarla. Está buenísimo… ¿Qué me inspiró? La maravillosa sensación de que fue bueno hace 21 años. Hoy tengo la sensación de que es mejor.

–En el elenco hiciste converger a gente de diferentes palos: Walas de Massacre; Flor Otero, cantante muy entrenada en el musical. En los ‘80-‘90, era inimaginable asociar tu nombre al de un cantante de una banda de rock alternativo, por ejemplo.

–Era inimaginable porque éramos muy… Perdón, voy a hablar en primera persona: era muy prejuicioso. Entonces, no sé si me hubiera visto entremezclado con (el rapero) Zaina. Qué sé yo, cada uno defendía su boliche, su quintita, y los que no estaban en la misma sintonía, estaban equivocados. Pero, bueno, hemos aprendido con el paso del tiempo que si no te relacionás con el resto, perdés muchas cosas.

–Un musical, gira rockera con Lito, que supone una exigencia vocal bastante particular. ¿Cómo afrontás eso? ¿Qué cuidados llevás adelante? Si es que llevas alguno, claro.

–¡Como sanguchitos de miga! (risas). No, la verdad es que tengo un don. En cuanto a la exigencia, tengo una condición particular de resistencia. Y no me insume más esfuerzo cantar Jugo de tomate frío (Manal) que el que me insume cantar Nostalgias (Hugo del Carril). Algunas canciones de tango o de folklore me exigen más que algunas relacionadas al rock. De todos modos, te repito, en este show en particular, en Ahora, Rock, no dejamos afuera las canciones clásicas que nos vienen acompañando desde hace muchos años, ni el momento en que nos quedamos solos con Lito para hacer una sección de tangos. A nuestro modo, insisto.

–Por último, ¿te satisfizo la serie sobre la vida de Fito, en la que fuiste representado por tu hijo, y cómo se recreó la Rosario de fines de los ‘70 y de los primeros ‘80?

–Es ficción, con lo cual algunas cosas son fidedignas y otras fantasiosas. De todos modos, eso no conspira con el paisaje de época ni con la situación, ni con… En algunos casos, a lo mejor, la realidad hubiese sido más linda; y en otro, un plomo. No nos olvidemos de que esto es una obra artística que, como tal, merece su licencia. No distorsiona, de todos modos, ni la obra de Fito, que es maravillosa, ni lo que fuimos en su momento como personaje, más allá de algunos tics. Además, a mí me interpretó mi hijo Joaquín, que fue una sorpresa absoluta. Él es un gran cantante, pero no canta como yo, y tuvo que hacer un laburo para interpretarme. Lo mismo pasó con relación a su fisonomía. Tiene rasgos parecidos a mí, pero no es tan… A ver, si lo ves sin caracterización, no es idéntico a mí. Y, sin embargo, ahí estaba… Estaba bárbaro, además lo hizo con un talento y con un amor. ¿Quién más podría haberlo hecho de esa manera?

En vivo

Ahora, Rock, el nuevo espectáculo de Baglietto-Vitale tendrá las siguientes fechas en nuestra provincia: jueves, en Tau Cervantes de Bell Ville (Rivadavia 47), con entradas disponibles en boletería de ese espacio; viernes, en el Monumental Sierras de Alta Gracia (Belgrano 249), con anticipadas desde $ 22 mil en Alpogo.com y Nativo Shop (Belgrano 293); sábado, en Quality Espacio, de Córdoba capital (av. Cruz Roja 200), con anticipadas desde $ 20 mil + costo de servicio en qualityespacio.com y en ticketek.com.ar; y domingo, en el Cine Teatro Colón de Las Varillas (Sarmiento 10), con venta de entradas en Casa de la Historia y Cultura del Bicentenario y en alpogo.com. En todos los casos, el horario de inicio es a las 21.

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