Griselda tiene 64 años y está internada desde el pasado 23 de septiembre en una clínica céntrica de Córdoba. Delia, de 78 años, estuvo casi un mes postrada en otro sanatorio de la ciudad. La espera por las prótesis a cargo de PAMI se convirtió en un drama familiar y también para el personal de los centros de salud privados.
“El próximo jueves cumpliré un mes internada”, relató Griselda en un audio reproducido en el programa Punto y aparte (90.7 Punto a Punto Radio). Angustiada, agregó: “Estoy esperando una prótesis de cadera y somos varias que estamos con el mismo problema. Ya me quiero ir a mi casa, no me puedo ni levantar al baño”.
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Delia pasó por lo mismo hasta que, por fin, recibió el alta hospitalaria el lunes pasado y volvió a su casa de barrio Liceo. “La prótesis de rodilla llegó el día 14 de octubre, casi un mes después”, contó su hija.
Sin embargo, el cirujano no pudo operarla porque detectó que la prótesis llegó contaminada. “Lo que me dijo el médico es que, al momento de abrir el paquete, estaba negra, como con hongos. Y me comentó que ese tenía entre 12 o 13 cirugías más, pero como todas las prótesis habían llegado contaminadas, tuvo que suspenderlas”, relató la mujer.
La clínica privada realizó el reclamo correspondiente y PAMI envió unos días después el insumo. La operación fue un éxito y Delia pudo regresar a su domicilio después de la pesadilla por una internación tan prolongada.
Complicaciones
Ignacio Escuti, secretario general de la Asociación de Clínicas y Sanatorios de Córdoba (Aclisa), confirmó que “hay demoras importantes” en la entrega de prótesis por parte de PAMI.
“Sucede este problema también en otros distritos del país. Hemos elevado reclamos, pero la dirección local de PAMI no tiene injerencia en las decisiones que toma el PAMI a nivel nacional, que es el que hace la licitación para que les provean las prótesis que se necesitan”, indicó.
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Escuti reconoció que la problemática se transformó en un “laberinto difícil de salir” para las autoridades de los centros de salud privados de Córdoba: “El gasto es enorme cuando se tiene un mes internada a una persona que debería estar dos o tres días”.
“La clínica cobra una cápita por la internación de los afiliados al PAMI, pero los cálculos de los importes son en base a estimaciones de plazos de estadías razonables”, agregó el representante de Aclisa.
Además de las complicaciones operativas en las clínicas y sanatorios, los pacientes están expuestos a riesgos asociados a infecciones intrahospitalarias. “Una persona mayor también puede padecer otro tipo de trastornos, como motrices o mentales, como consecuencia de estar postrado por tantos días”, manifestó Escuti.
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