Fue uno de los hechos más aberrantes de la historia criminal argentina y su escenario fue una casona de la calle 48 entre 11 y 12 de La Plata. Allí, convivía con su esposa Gladys Margarita Mc Donald, su suegra Elena Arreche y sus hijas Celina y Adriana.
Según relató él mismo en el juicio, el drama se habría desatado a raíz de un asunto doméstico. Luego de un entredicho con su esposa aquella mañana, se dirigió al garaje a buscar elementos para podar la parra del jardín. Sin embargo, una vez allí, tomó una escopeta Víctor Sarasqueta -un regalo de su suegra para que saliera a cazar- y una caja con cartuchos.
Según se pudo reconstruir, primero asesinó a su esposa en la cocina, luego a su hija menor, una abogada de 24 años, seguidamente a su suegra y finalmente a su otra hija, de 26 años y dentista como él.
Una vez cometido el cuádruple femicidio, recogió los cartuchos y los guardó en el baúl de su auto con la intención de deshacerse de ellos. Para simular un robo, desacomodó los muebles, tiró papeles y vació cajones. Al mediodía, tomó su auto y arrojó los cartuchos en una boca de tormenta y la escopeta la tiró en un canal cercano a Punta Lara, Ensenada.
Por la tarde fue al zoológico, luego al cementerio a la tumba de sus padres y posteriormente a un hotel alojamiento con su amante, Hilda Bono. Al regresar a medianoche a su casa, llamó a la policía y contó la historia del robo. Sin embargo, en el destacamento terminó confesándole los crímenes al comisario Ángel Petti.
En 1995, Barreda fue condenado a reclusión perpetua por triple homicidio calificado y un homicidio simple y en mayo de 2008 abandonó la Unidad Penal 9 de La Plata, beneficiado con un arresto domiciliario. En diciembre de ese mismo año, y luego de varias idas y vueltas judiciales, recibió la libertad condicional, mientras que en mayo de 2016 se declaró extinguida la pena.
Barreda murió por paro cardiorespiratorio el 25 de mayo de 2020 a los 83 años. El domicilio donde cometió los asesinatos se encuentra, desde ese día, deshabitado y detenido en el tiempo. Actualmente está en litigio judicial, aunque la municipalidad local quiere instalar allí un centro para la lucha contra la violencia de género.
Guión Javier Pasaragua y locución Pita Fortín.
por Radio Perfil
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