BERLÍN.- El canciller alemán Olaf Scholz y el presidente ruso Vladimir Putin mantuvieron una conversación telefónica de una hora este viernes –la primera entre Putin y un líder de un país occidental importante desde diciembre de 2022– en la que discutieron sobre las posibilidades de poner fin a la guerra en Ucrania.
Según confirmó el gobierno alemán, Scholz instó a Putin a entablar negociaciones con Ucrania que conduzcan a una “paz justa y duradera” y exigió la retirada de las tropas rusas del territorio ucraniano.
La llamada se produce en un momento en el que Ucrania enfrenta una creciente dificultad en el frente de batalla debido a la escasez de armas y de personal, mientras las fuerzas rusas continúan avanzando. “El canciller instó a Rusia a demostrar disposición para negociar con Ucrania con el fin de alcanzar una paz justa y duradera”, expresó el vocero del gobierno alemán, quien también subrayó la firme determinación de Alemania de respaldar a Ucrania en su defensa frente a la agresión rusa, el tiempo que sea necesario.
Scholz condenó los ataques rusos a la infraestructura civil ucraniana y reafirmó que Alemania continuará brindando su apoyo militar y financiero a Ucrania.
“Scholz le dijo a Putin que el despliegue de tropas norcoreanas para apoyar a Rusia en la guerra constituye una grave escalada del conflicto”, según le dijo un portavoz del gobierno alemán a The New York Times. Además, Scholz conversó con el presidente ucraniano Volodimir Zelensky antes de su llamada con Putin y planeaba informarle posteriormente sobre el contenido de la conversación.
Por su parte, el Kremlin informó que Putin expresó que cualquier acuerdo de paz debe basarse en “las nuevas realidades territoriales” y abordar las causas profundas del conflicto. Putin también habría responsabilizado a Scholz de la degradación sin precedentes en las relaciones entre Rusia y Alemania, según reportes de medios estatales rusos.
Putin ha utilizado repetidamente estos eufemismos para señalar que Rusia no entregará el territorio ucraniano que ha capturado y exigirá garantías de neutralidad ucraniana en cualquier negociación de paz, por ejemplo, un acuerdo para que Ucrania no se una a la OTAN.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, reaccionó a la conversación entre Scholz y Putin en un video publicado en X, donde expresó su preocupación por las posibles implicancias de la llamada. “El canciller Scholz me dijo que tenía previsto llamar a Putin. Su llamada, en mi opinión, abre la caja de Pandora. Ahora puede haber otras conversaciones y llamadas telefónicas. Muchas palabras”, afirmó.
Zelensky advirtió que esto es precisamente lo que busca Putin: “Es fundamental para él debilitar su aislamiento, así como el aislamiento de Rusia, y mantener meras conversaciones que no llevarán a ninguna parte. Lleva décadas haciéndolo”.
Según Zelensky, estas tácticas de Rusia le han permitido evitar cambios en sus políticas, lo que, en última instancia, ha conducido a la guerra actual. En su mensaje, fue enfático en rechazar un nuevo acuerdo similar a los de Minsk: “Queremos dejarlo claro: no habrá ‘Minsk-3′; necesitamos una paz real”.
Es que a pesar de las aparentes críticas de Scholz a la guerra de Rusia, la llamada sugiere que los contactos entre el Kremlin y las potencias occidentales pueden aumentar, tras la elección la semana pasada de Donald Trump en las elecciones presidenciales norteamericanas.
Trump ha expresado su escepticismo sobre la continuación de la ayuda norteamericana a Ucrania y ha prometido impulsar conversaciones de paz inmediatas, inyectando nueva incertidumbre en el compromiso de Occidente de apoyar el esfuerzo bélico de Ucrania.
Crisis interna
Scholz había dicho en octubre que estaba abierto a reanudar la comunicación directa con Putin, pero Dmitry Peskov, el vocero del Kremlin, descartó la idea, diciendo que no había razón para una llamada, según los medios de comunicación rusos.
“Estamos escuchando palabras procedentes de Berlín: las palabras de Scholz sobre su disposición a entablar un diálogo”, dijo Peskov a los periodistas el 19 de octubre. “Son palabras importantes, porque hace poco tiempo Alemania estaba entre los países del Occidente colectivo que rechazaban categóricamente cualquier contacto con Putin”.
Desde entonces, Scholz ha visto cómo se fragmentaba su coalición de gobierno. Este mes destituyó a su ministro de Finanzas, echando del gobierno a uno de sus socios de coalición, una medida que preparó el terreno para las elecciones anticipadas de febrero.
El partido de Scholz está muy por detrás de su principal rival, los democristianos, en las encuestas. Pero estos dos partidos han acordado en gran medida seguir apoyando a Ucrania, incluso cuando los partidos populistas de extrema izquierda y extrema derecha han pedido a Alemania que ponga fin a su apoyo a Kiev.
La conversación se da en un contexto donde líderes mundiales, incluido Scholz, se preparan para la próxima cumbre del G20 en Brasil, a la que Putin no asistirá, como había anunciado en octubre.
Agencias DPA, Reuters y diario The New York Times
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