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El dólar MEP cada vez es peor negocio para ahorristas y este es el precio que prevé la City para lo que resta del año

Los dólares financieros, Contado con Liquidación y MEP, acentuaron en la última semana su tendencia descendente impulsados por una abultada racha compradora del BCRA, y un combo de noticias positivas para el mercado. El dólar MEP perforó el viernes la barrera psicológica de $1.100 por primera vez en seis meses.

Los analistas prevén que los dólares paralelos continuarán calmos en la segunda quincena de noviembre, aunque no prevén fuertes descensos. De hecho, la mayoría cree que se estabilizarán en torno a $1.100.

Los analistas vincularon la reciente caída de los dólares financieros a varios factores y datos positivos: la inflación de octubre dio 2,7%, la más baja desde noviembre de 2012; el riesgo país perforó los 800 puntos; el BCRA suma en noviembre compras por más de u$s1.000 millones y el sector público en octubre volvió a registrar superávit fiscal y financiero.

A eso se suma que el triunfo electoral en Estados Unidos de Donald Trump y la afinidad política con el presidente Javier Milei genera expectativas de que haya un nuevo acuerdo con el FMI que pueda incluir el desembolso de fondos frescos que ayuden a reforzar las reservas netas que son aún muy negativas y facilitar la salida del cepo. Y que la oposición no consiguió los votos para cambiar la ley de DNU o voltear el decreto que habilita al Gobierno a hacer canjes de deudas sin las limitaciones de la Ley de Administración Financiera.

En este contexto, la consultora 1816 evaluó que «el programa económico es hasta aquí un éxito rotundo», pero planteó que «quedan dudas más que razonables sobre el tipo de cambio». Y es que Milei anunció que si la inflación se mantiene por dos meses más en los niveles actuales, bajará el ritmo devaluatorio del 2% al 1%, lo que acentuará el atraso cambiario. Para algunos analistas, ese es uno de los mayores riesgos del plan Milei, mientras que otros lo relativizan.

Dólares paralelos: ¿qué rango de precios prevé la City? 

Damián Palais, Financial Advisor de Cocos Capital, sostuvo que «los dólares financieros rondan los $1.100, pero no vemos un valor piso claro». Y consideró que «la tendencia a la baja que evidenciamos hace largos meses, podría sostenerse si el BCRA sigue acumulando reservas y si continúan políticas monetarias restrictivas».

Sin embargo, el experto señaló que «en la segunda mitad del mes, factores estacionales como la demanda previa a las vacaciones podrían generar cierta presión alcista, afectando al dólar blue».

Alejo Costa, Head of Economic Research & Strategy de Max Capital, prevé que «la calma en el mercado paralelo se va a mantener: el éxito del blanqueo sumado a la disciplina fiscal, con su impacto monetario, generaron un círculo virtuoso, anclando expectativas de tipo de cambio, fomentando exportaciones, que a su vez tiran hacia abajo el dólar paralelo, gracias al blend».

«Bajo el esquema actual, y sin un riesgo cambiario en el corto plazo, la dinámica debería continuar», auguró

El operador Gustavo Quintana, de Pr Cambios, cree que «no debe haber mucho margen para una baja más importante; los valores me parece se van a acomodar en los niveles actuales, con pocas correcciones».

«Los exportadores siguen ingresando a buen ritmo para esta época del año y alimentan la oferta de los dólares financieros vía el blend. Salvo algún imprevisto, no veo cambios significativos.La corrección, si la hay, no será importante», pronosticó. Según su visión, podría haber más demanda en el blue por turismo al exterior recién en diciembre.

Para la economista Natalia Motyl, «los $1.100 representan el valor alrededor del cual se estabilizarán los dólares financieros» y alegó que esa estimación «se basa en un análisis del ratio entre el excedente de pesos en circulación y las reservas actuales del BCRA que arroja un valor cercano a esta cifra».

No obstante, enfatizó que «este panorama podría cambiar si se incrementa la cantidad de dólares en el BCRA mediante acuerdos con organismos internacionales o la llegada de fondos privados», aunque insistió que «en las condiciones actuales, el equilibrio parece encontrarse en los $1.100».

«Este comportamiento se explica también por factores estacionales: hacia fin de año, la demanda de pesos tiende a aumentar debido a las fiestas y las vacaciones, lo que reduce la presión sobre la demanda de dólares».

En ese marco, la economista pronosticó que «los dólares financieros se estabilizarán en torno a los $1.100,y el blue entre 1.050 y $1.100 en la segunda quincena de noviembre, respaldados por un contexto de mayor demanda estacional de pesos, y menor presión inflacionaria».

En sintonía, Pablo Lazzati, CEO de Insider Finance, también vislumbra a «los dólares financieros en torno a los $1.100 para las próximas semanas, mientras que el blue puede que esté un poco más elevado pero también en esa zona».

Entre los expertos que sí ven que hay espacio para una baja mayor está el analista financiero Gustavo Ber proyectó que a partir del proceso de desinflación y el optimismo de los inversores respecto a los progresos macro y las desregulaciones en marcha» y «en vista a las mayores necesidades estacionales de pesos, el MEP podría continuar en descenso hasta los $ 1.050 hacia la segunda mitad del mes, en tanto que el CCL podría ubicarse en los $ 1.100, al igual que el blue«.

También, el economista Federico Glustein, que estimó que «es probable que pueda seguir cayendo porque hay una corriente de confianza sobre la macro que es lo que sostiene al proyecto, aunque no sin volatilidad propia del mercado». Así, el experto calculó que «para la segunda quincena veo una leve calma con volatilidad y alguna corrección al alza sobre todo estacional, por vacaciones y turismo; el blue estará entre $1.100 y $1.130, el MEP entre $1.080 y $1.120 y CCL entre $1.120 y $1.180″.

¿La apreciación cambiaria es un riesgo para el plan de Luis Caputo?

Un informe de FMyA remarcó que «hoy el dólar está en el nivel más barato de los últimos 20 años si se compara con Brasil, Uruguay y Chile». A su vez, un reporte de PPI destacó que «la dinámica del tipo de cambio real ya no solo se ve afectada por el crawling peg corriendo al 2% y la inflación por encima sino más que nada por las depreciaciones de las monedas de los principales socios comerciales», tras el triunfo de Trump que fortaleció al dólar a nivel global.

Indicó que el tipo de cambio real multilateral se apreció 1,9% desde el triunfo de Trumpy y que ya está casi en los mismos niveles previos a la asunción de Milei.

En este contexto, la consultora 1816 evaluó que pese al «exito rotundo» del plan económico «todavía quedan dudas más que razonables sobre el nivel del tipo de cambio porque en el pasado siempre que tuvimos un tipo de cambio real tan bajo la cosa terminó mal».

De todos modos, la consultora subrayó que «con Vaca Muerta proveyendo cada vez más divisas y con el blanqueo como puente para la balanza de pagos durante los próximos 12 meses, hay razones para asignarle chances al menos interesantes al esta vez es diferente».

Por su parte, Costa advirtió que «la sobrevaluación cambiaria puede ser un riesgo en el futuro si se enfrentan shocks externos o si implica una reasignación de recursos en el sector privado apurada, sin una baja de impuestos y regulaciones acorde». Aunque acotó que «de corto plazo, aún no es un problema y que lo sea en el futuro o no dependerá del esquema cambiario que se adopte al salir del cepo».

A su vez, Palais previno que «una apreciación cambiaria prolongada podría dificultar la competitividad de las exportaciones, reduciendo el ingreso de divisas en sectores clave como el energético».

Para el analista financiero Christian Buteler, «la inconsistencia más grande del programa y el riesgo mayor a que esto en algún momento termine mal está por el lado cambiario, porque sigue atrasando el tipo de cambio».

«Si atrasas el tipo de cambio más en algún momento lo que produce es incentivar importaciones, golpear a las exportaciones, incentivar el turismo en el exterior contra el turismo local», señaló.

Y alertó: «El tipo de cambio hoy no representa ni el valor de la oferta ni la demanda interna, ni tampoco está representando lo que pasa con el dólar a nivel mundial, y eso va a ser un problema, en el momento que quieras normalizar la política cambiara eso te va a pasar factura».

De igual mirada, Martín Kalos, director de Epyca, aseveró que «el riesgo del programa de Milei es el atraso cambiario, que está repercutiendo de manera muy negativa sobre el nivel de actividad. Esto es así porque en este verano va a ser obvio que el sector turístico va a vender menos de lo que hubiera vendido porque el tipo cambio hace que Uruguay, Brasil, Chile estén más baratos que visitar lugares dentro de Argentina»

«El atraso cambiario implica menor nivel de actividad, y expectativas de devaluación que por ahora están calmadas por que no se ve que el Gobierno quiera devaluar en breve pero en algún momento van a empezar a regenerarse las expectativas de devaluación si se sigue apreciando y lo peor que puede pasar es que esas expectativas de devaluación se concreten en demanda de dólares previo a las elecciones, como ya pasó en otros años en la historia argentina», recordó.

Asimismo, el economista Amilcar Collante sostuvo que «el contexto global con la llegada de Trump va a un dólar fuerte, commodities a la baja y monedas emergentes con presiones a la depreciación».

Inflación o devaluación: dos formas para corregir el tipo de cambio

«Si Argentina mantiene el esquema y la inflación sigue por encima de las micro devaluaciones se seguirá apareciando. Existe un riesgo de que el atraso complique el proceso de acumulación de reservas», aseveró.

Glustein concordó que «la apreciación cambiaria juega un papel particular porque atenta contra la competitividad industrial y no trae beneficios respecto a las exportaciones agropecuarias, sumado al incremento del consumo de importados y turismo emisor».

En cambio, Ber alegó que «la apreciación cambiaria está llegando acompañada a una fuerte mejora de los fundamentos económicos, y de perspectivas a futuro, por lo cual no representaría un riesgo en el actual contexto económico-financiero».

Lazzati dijo que la apreciación cambiaria «no vemos que sea un riesgo para el camino que viene recorriendo la administración actual». Agregó que «sí es cierto que Argentina deja de ser vista como una oportunidad para algunos negocios por lo barata que estaba en dólares hace 10 meses», pero «más allá de esto, lo importante es que el Gobierno continúe por el camino marcado y los números sigan acompañando«.

Para Motyl, «la apreciación cambiaria no representa un problema significativo para el Gobierno».

«Existen dos formas de corregir un tipo de cambio apreciado. La primera y más sencilla sería mediante una devaluación. Esta opción sería evitada a toda costa, ya que implicaría una erosión del tejido socioeconómico en un año electoral y pondría en riesgo el objetivo de controlar la inflación. La segunda vía, más sostenible, es a través de una desaceleración sostenida de la inflación, acompañada por un aumento de la competitividad de los productos argentinos gracias a una reducción de las regulaciones impositivas, lo cual está previsto que se intensifique durante el 2025. De esta manera, el tipo de cambio ganaría competitividad de forma progresiva sin necesidad de ajustes abruptos», argumentó.

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