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Las las medidas de alto impacto que evalúa Caputo para la era post cepo

Desde que asumió, Javier Milei viene sosteniendo que su plan de Gobierno consta de tres fases. La primera fue la de los recortes con la motosierra para ir hacia el equilibrio fiscal, reducir la emisión monetaria y la limpieza del balance del Banco Central.

La segunda etapa buscar recoger los frutos de la estabilización parcial lograda en la primera, con menos inflación y crédito a tasas de interés menores, rebote en la actividad, en el empleo, en los salarios reales, y eventualmente crecimiento económico y mejoras en la recaudación.

La fase tres comenzará en los próximos meses, e incluye la transición hacia la competencia de monedas y el levantamiento prudente de las restricciones al dólar. 

Según Milei, solo en el Estado aún quedan por implementarse unas «3.200 reformas estructurales».

Será la de mayor impacto, se espera, porque incluirá levantar los controles cambiarios, para lo cual se necesita conformar un buen colchón de reservas que estaría dado por un aporte de fondos frescos por parte del FMI.

El sector energético, clave del programa

El sector energético será clave, a partir de las divisas que genere la exportación de Vaca Muerta. A eso se suma el potencial inversor que traerá la plena vigencia del régimen para grandes inversiones RIGI. Solo en energía esas inversiones se estiman en unos u$s55.000 millones hasta el 2030.

Se destacan los proyectos de GNL (u$s14.500 millones), gasoductos por u$s15.900 millones, y el proyecto Andes en Vaca Muerta por u$s7.400 millones, que incluye un proyecto de hidrógeno verde por u$s 2000 millones.

Para el economista Ricardo Arriazu, quien elogia el modelo de Milei, el Gobierno tiene la gran oportunidad de avanzar con reformas estructurales y hasta un fondo anticíclico. «El último que intentó hacerlo fue Roberto Lavagna, hasta que Néstor Kirchner consideró que se debían incentivar el consumo para retener el poder y reemplazó a su ministro», recordó Arriazu.

Ahora, podría llegar el turno de intentar avanzar con cambios estructurales de fondo, para lo cual Milei necesita cosechar más adhesiones en el Congreso. 

Entre esas reformas podría incluirse negociaciones con gobernadores e intendentes para reducir ingresos brutos y tasas.

También cambiar regímenes especiales que tienen algunos gremios, como docentes.

Además, intentar cambios en la Justicia para reducir aún más la industria del juicio, eliminar jubilaciones de privilegio y acelerar privatizaciones.

En paralelo, la idea es establecer el juicio por jurados en el ámbito de la administración de justicia federal, la digitalización de los expedientes y de las sucesiones no contenciosas.

El Gobierno también piensa en una reforma educativa. El objetivo será declarar la educación en todos sus niveles como servicio estratégico esencial, lo cual supone avanzar sobre el derecho a huelga, por la obligación de garantizar un 75% del servicio durante todos los días del calendario escolar.

Otro de los ejes es la implementación de un proceso de evaluación continua y periódica de los docentes cada cinco años mediante un examen para revalidar sus capacidades y conocimientos adquiridos.

También se busca eliminar las restricciones a la educación a distancia para menores de 18 años, incorporando la posibilidad de esquemas semipresenciales desde cuarto grado. Hasta el momento, la Ley de Educación Nacional permite los estudios a distancia solo a partir de los 18 años.

Entre las reformas sobre las que se quieren avanzar se incluye la privatización del Correo oficial y los medios públicos de Radio Televisión Argentina. Y tratar de lograr la eliminación de las PASO.

Medidas para mejorar la productividad y bajar el costo argentino

Para el economista Miguel Kiguel, avanzar con reformas estructurales es clave para «aumentar la productividad y la eficiencia de la economía y así ayudar al crecimiento. Son una parte integral del programa económico, porque hacen a la modernización de la economía, a que la gente pueda beneficiarse de una mejor calidad de servicios y de que mejore el poder adquisitivo del salario».

Kiguel cargó contra «intereses que se vienen beneficiando de un gasto público exacerbado, de regulaciones o beneficios fiscales que son arbitrarios o que fueron pensados en contextos que se han vuelto anacrónicos o de una protección desmedida a la competencia externa».

Y alerta que esos intereses «son enormes y el poder que tienen para bloquear los cambios han quedado demostrados a lo largo de los años».

«Argentina necesita avanzar con reformas estructurales y garantizar la seguridad jurídica para atraer inversiones y aumentar la productividad y obstáculos para la creación de nuevas empresas», señala.

Según prometió Milei, su gobierno profundizará las reformas a partir de 2025, en el marco del objetivo de duplicar el PBI per cápita en 10 años.

Una de las claves será profundizar la desregulación y la mejora en la libertad económica, inspirándose en el modelo de Irlanda.

«Con el fuerte ajuste fiscal que hicimos hemos bajado el riesgo país de 3.000 puntos básicos a 770. Eso se traduce en menores tasas de interés y eso genera un aumento de la inversión y del consumo. La economía argentina en este momento está floreciente. Eso se sostiene a largo plazo con reformas estructurales, que es lo que hacemos día a día desregulando la economía», explicó el jefe de Estado.

Para el exsecretario de Energía, Daniel Montamat, las reformas estructurales son claves para atraer inversiones y desarrollar el país, en un escenario de seguridad jurídica.

Señaló la relevancia de avanzar en «reformas laborales y políticas que promuevan las cadenas de valor competitivas, como la industria del petróleo y gas, la minería y la industria del conocimiento».

«Es crucial vertebrar el circuito de tecnología, educación e innovación para promover estas cadenas de valor y generar empleos de calidad», explicó.

Uno de los que tiene un rol central en impulsar las reformas estructurales es el ministro de Modernización, Federico Sturzenegger, quien ya presentó varios borradores a Milei.

Muchas de esas iniciativas se aplicarán a lo largo del 2025, y el «coloso», como llama Milei al último ministro incorporado al Gabinete, promete que darán pie para que la Argentina se convierta en la economía «más libre del mundo».

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