Luego que se conocieran los detalles del Plan de Modernización y Seguridad que tiene pensado implementar el gobierno porteño en las 31 líneas de colectivos que circulan dentro de los límites de la Ciudad de Buenos Aires, una inesperada polémica se generó en torno a la decisión de modificar los colores identitarios de las líneas.
En uno de los puntos de la iniciativa gubernamental se pide a las empresas de colectivos que ploteen los costados de las 1.800 unidades que circulan por las calles y avenidas porteñas y que sobre ese ploteo se realice un fileteado con los colores tradicionales de cada línea. Los “bondis” solo mantendrán sus colores originales e identitarios, su huella de identidad, solo en el frente –la “trompa”– y en la parte trasera del rodado.
Atentos a esta iniciativa, la respuesta de algunas empresas de colectivos no se hizo esperar.
Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
En los últimos días comenzó a circular en las redes sociales de las líneas de colectivos una petición subida a la plataforma Change.org, que tiene por finalidad evitar este cambio de identidad en los colectivos. La petición se denomina “Preservemos la identidad de nuestros colectivos: No al ploteado”, que al cierre de esta edición superaba las 7 mil firmas.
Hasta el momento las líneas que repostearon la petición, con lo cual se desprende que se opondrían a la estandarización de colores en sus coches, son la 39, que une Chacarita con La Boca, y una de las más tradicionales de la Ciudad; la 12, que transita entre Palermo y Barracas; la 64, que circula entre La Boca y Barrancas de Belgrano; y la 109, que corre entre el Correo Central y Liniers.
Entre los principales párrafos de la petición, impulsada desde la cuenta de X (ex Twitter), @Design Bondis, se insta “a las autoridades pertinentes a reconsiderar esta decisión, teniendo en cuenta las consecuencias a largo plazo”.
En otro de sus fundamentos, quizá el más significativo, sostiene que “es fundamental mantener nuestras tradiciones y evitar la estandarización sin sentido. La identidad visual de nuestros colectivos forma parte del patrimonio cultural de la Ciudad y debería ser preservada”.
Por último, convoca a todos los ciudadanos a “preservar los colores y fileteados hechos a mano de nuestros colectivos. Por la defensa de nuestro patrimonio cultural, te invitamos a firmar y compartir esta petición”, concluye el pedido.
Cuando se presentó el plan de modificaciones en el servicio de colectivos porteños en la semana, uno de los ítems apuntaba a “otorgar una nueva identidad” a los colectivos porteños, tal como sucede en varias ciudades del mundo. En este sentido, y ante la inesperada polémica que se generó al respecto, el titular del Ejecutivo comunal, Jorge Macri, señaló en declaraciones al canal de noticias TN que “la identidad está garantizada”, y que “recuperamos algo que es muy identitario como es el fileteado porteño, que lo estamos incorporando en el diseño”.
Más adelante, aseguró que “al impulsar estos cambios en los ‘bondis’, queremos generar una sana competencia con los colectivos que dependen de Nación y que dependen de Provincia. Puede haber pros y contras en un cambio de identidad, pero creemos que es favorable porque les estamos incorporando a esos colectivos muchas mejoras”, concluyó el jefe el Gobierno.
Plan. Como se recordará, esta semana se presentó el Plan de Modernización y Seguridad en los colectivos porteños, luego de hacerse cargo de las 31 líneas de colectivos que transitan exclusivamente dentro del ámbito porteño.
La propuesta se basará en diferentes ejes tales como seguridad, tecnología, confort, calidad de servicio, mejorar los recorridos, conducción inteligente, sustentabilidad y hasta en la identidad porteña.
La renovación contempla a las líneas 4, 6, 7, 12, 23, 25, 26, 34, 39, 42, 44, 47, 50, 61, 62, 64, 65, 68, 76, 84, 90, 99, 102, 106, 107, 108, 109, 115, 118, 132 y 151. De este total, trece son del Grupo Dota, tres pertenecen al Grupo Metropol, tres al Grupo López y dos a Nuevos Rumbos.
Antecedentes de la idea
R.P.
La idea de plotear los laterales de los colectivos porteños de color azul no es nueva.
En 2013 Florencio Randazzo, por aquel entonces ministro del Interior y Transporte de la Nación, en el gobierno de Cristina Fernández, pensó en extender el color celeste –que predominaba en la cartelería K– a los colectivos urbanos que recibían subsidios estatales.
La idea del gobierno nacional apuntaba a monopolizar la gestión gubernamental en materia de seguridad vial, tal como lo había hecho con la confección de los DNI y los pasaportes.
En los años 40 también se había pensado en la estandarización de los colores para los colectivos de pasajeros, que no llegó a implementarse.
Varias décadas después, durante su gestión, Randazzo comenzó a delinear su plan para que las empresas de transporte urbano de pasajeros establezcan sus pautas cromáticas e informativas.
La idea consistía en que, además del color celeste, en los laterales de las unidades debía decir Transporte Público, que ya se observaba en los servicios ferroviarios.
A fin de asegurar un rápido cumplimiento de su proyecto, el gobierno K había establecido que la empresa que no cumpliera con esos requerimientos perdería entre el 65% y 70% de los subsidios que recibía mensualmente.
Pese al entusiasmo inicial, la idea finalmente no prosperó ya que hubiese sido, tal como se piensa ahora, una pérdida irreparable de la identidad de los colectivos que circulaban por la Ciudad y de la cultura argentina.