La inflación de la Ciudad de Buenos Aires finalmente perforó la barrera del 3%. Gracias a la baja que se vio en los bienes y servicios estacionales, que cayeron un 4,8% en el mes, el IPCBA de febrero fue de 2,1%, un punto porcentual menos que la medición anterior.
El dato elaborado por el Instituto de Estadística y Censos de la Ciudad de Buenos Aires (Idecba) viene viajando en un nivel superior al del Indec desde hace meses, ya que desde el 3,2% de octubre pasado se mantenía en esa línea, mientras que el IPC perforó esa barrera.
La composición de la canasta de medición de inflación en CABA es el factor clave para explicar la divergencia que mostraba el indicador porteño con el número nacional. Es que en las ponderaciones que usa el ente estadístico de la ciudad tienen más relevancia los servicios, cuya variación de precios venía siendo notablemente mayor a la de los bienes, que pesan más en el IPC nacional.
Según los datos del Idecba, el segmento bienes subió en el segundo mes del año al 1,9% en promedio (es decir, por encima del 1% del movimiento del tipo de cambio oficial), mientras que los servicios tuvieron un ajuste promedio del 2,1%.
Con el número de enero, el alza en el costo de vida acumulado en los últimos 12 meses en la Ciudad de Buenos Aires es del 79,4%.
Pasado mañana se publicará el dato nacional del Indec. La mayoría de los economistas proyecta que se ubicará levemente por encima de los niveles porteños.
Así lo refleja, por caso, el último Relevamiento de Expectativas del Mercado, publicado el lunes pasado por el Banco Central, que indicó que el consenso de estimaciones de bancos y consultoras prevé un IPC en torno a 2,3% para febrero. Ese es el mismo número que proyectó, por caso, la Fundación Libertad y Progreso.
Mientras tanto, la medición de C&T, la firma fundada por Camilo Tiscornia y María Castiglioni, arrojó para febrero un 1,9%, mientras que, para Analytica, la estimación se ubicó en 2,4%. En EcoGo, relevaron un 2,7% en el segundo mes del año.
En febrero, la dinámica mensual de los bienes respondió fundamentalmente a los incrementos en los precios de los alimentos (sobre todo carnes), junto con las actualizaciones en los valores de los autos y de los combustibles y lubricantes para vehículos de uso del hogar.
En tanto, el comportamiento de los servicios reflejó principalmente los aumentos en los precios de los restaurantes, bares y casas de comida y de los alquileres de la vivienda. Le siguieron en importancia la suba en los valores de los gastos comunes por la vivienda y en las cuotas de la medicina prepaga.
En sentido contrario, las caídas en los precios de los pasajes aéreos, los alojamientos en hoteles y los paquetes turísticos, contribuyeron a quitar presión sobre esta agrupación.
En el segundo mes del año, los precios estacionales tuvieron una fuerte desaceleración, y bajaron en promedio un 4,8% (en enero habían subido un 11,4%). A la inversa, los regulados subieron un 1,5%.
La inflación núcleo, que excluye a estos componentes de la medición, fue del 3,1% en el mes, y marcó una suba de 0,4 puntos con respecto al 2,7% de enero.
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