Carta 1) Seis de bastos: Éxito. Triunfo. Logros.
Carta 2) La templanza: Encontrar el eje, lo que permite centrarse. Integración de los opuestos. Alquimia.
Carta 3) La luna: subconsciente. Onírico. Intuición. Poca claridad.
Mensaje final:
Las cartas hablan de la importancia de encontrar en uno mismo el centro, el punto justo que permite equilibrarse y armonizar primero con nosotros mismos y luego con todo lo que nos rodea. Se trata de hacer alquimia para integrar los opuestos y lograr algo nuevo. Los opuestos pueden estar en nuestro interior como una especie de contradicciones con las que convivimos, que nos desarmonizan y desequilibran por su permanente lucha, pensamientos o sentimientos que se contraponen entre sí, o también, por ejemplo, dualidad y oposición entre razón y corazón, entre cuerpo y mente, etc. Asimismo, podemos resistirnos a aceptar formas de pensar de otros, por ejemplo. Pero en definitiva aunque el opuesto esté afuera, la integración que trae la templanza siempre será interior. Conseguimos la paz y la armonía desde la propia interioridad equilibrada. Es en ese momento en el que surge algo nuevo creado a partir de la integración de los opuestos. La permanente confrontación hace perder estabilidad, y de algún modo, nos paraliza o nos lleva a caer en los extremos. La templanza tiene que ver con el crecimiento, con la maduración del ser humano y cuando llega, su presencia trae claridad y verdad. Se disipan las dudas y confusiones y la persona puede tomar las riendas de su vida dejando fluir sus emociones pero con criterio de realidad, lo que hará que cada decisión tomada y cada acción, la conduzcan a un final exitoso, es decir a conseguir todo lo que se proponga.