Su opinión personal sobre la política de investigación estadounidense ha provocado que el Gobierno de EEUU le haya denegado la entrada al país. Así empieza la historia de un investigador del Centro Nacional para la Investigación Científica de Francia (CNRS), del que no ha trascendido su identidad y por el que el Gobierno de Emmanuel Macron ha realizado una queja pública. «Me enteré con preocupación de que a un investigador francés que iba a un congreso cerca de Houston se le prohibió entrar en Estados Unidos antes de ser expulsado», denunció este jueves el ministro de Enseñanza Superior e Investigación, Philippe Baptiste, en un comunicado enviado a la AFP.
Los hechos ocurrieron el pasado 9 de marzo, cuando tras aterrizar en Houston, en el control fronterizo, las autoridades registraron el teléfono y el ordenador portátil del científico. Encontraron en su móvil mensajes privados con «colegas y amigos en los que expresaba su opinión personal sobre la política de investigación seguida por la Administración Trump». En ese momento, los agentes le negaron la entrada y le metieron en un vuelo de regreso a Europa al día siguiente. Según las autoridades estadounidenses, al científico se le acusa de enviar mensajes «que reflejan odio hacia Trump y que pueden calificarse de terrorismo«.
«La libertad de opinión, la libre investigación y la libertad académica son valores que seguiremos defendiendo con orgullo. Defenderé la posibilidad de que todos los investigadores franceses sean fieles, respetando la ley», declaró el ministro Baptiste.
No ha sido el único en expresar su descontento con lo sucedido. Los hechos han levantado una gran polémica en Francia, y el Ministerio de Exteriores ha admitido que Estados Unidos es una nación «soberana» en materia de entrada y estancia de extranjeros en su territorio, pero ha condenado firmemente la situación y recordado su «voluntad de promover la libertad de expresión«, así como el compromiso del Gobierno francés «con la cooperación universitaria y científica».
Los recortes de Trump en la ciencia
Este incidente se produce después de que el presidente Donald Trump anunciase recientemente un paquete de medidas dirigidas a la comunidad científica, centradas en importantes recortes presupuestarios de 929 millones de euros respecto a 2024, o en la censura de ciertos temas sujetos a investigaciones subvencionadas, en especial en las ramas de ciencia sobre el clima, la protección del medio ambiente y la salud pública. Medidas que han despertado una importante indignación en la comunidad científica norteamericana, pero también fuera del país. En Francia, destacados científicos se movilizaron el pasado 7 de marzo para denunciar las nuevas políticas del presidente de Estados Unidos en varias ciudades francesas, como París, Toulouse o Burdeos, al grito de ‘Stand up for science’ (Defendamos la ciencia).
El director de investigación del CNRS, Bernard Lahire, también denunció publicamente «la guerra de Trump contra la ciencia» en una columna para Sciences Humaines: «Donald Trump y Elon Musk están atacando todas las áreas de las que ya no quieren oír hablar y los problemas cuya existencia simplemente quieren negar. Hoy en día, esta ofensiva se refiere a cuestiones relacionadas con el medio ambiente, el clima, las desigualdades sociales y el género, pero no hay indicios de que esta lista no vaya a crecer en el futuro».