Un tribunal de Estambul ha decretado este domingo por la mañana la prisión provisional para Ekrem Imamoglu, el alcalde de Estambul.
Imamoglu, este domingo, tenía que ser elegido oficialmente como el candidato del principal partido de la oposición turca, el Partido Republicano del Pueblo (CHP, en sus siglas en turco), en unas elecciones primarias en todo el país que, sin embargo, sí ocurren a modo simbólico, a pesar de que Imamoglu esté encarcelado. El político, en los últimos años, se convirtió en la figura mediática más popular de toda la oposición, e incluso la gran mayoría de las encuestas aseguraban —ya antes de su detención—, que Imamoglu sería capaz de derrotar al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, en unos hipotéticos comicios presidenciales.
«Mi querida nación. No estés triste, no desesperes, nunca pierdas la esperanza. Me mantengo en pie; nunca me arrodillaré. Juntos, uno al lado del otro, terminaremos con este golpe, esta mancha negra en nuestra democracia. Todo irá bien», ha escrito el equipo de Imamoglu en la cuenta personal de la red social ‘X’ del alcalde de Estambul justo después de publicarse la decisión del juez de poner al edil de la gran metrópolis turca en prisión preventiva.
Desde su detención, este miércoles por la madrugada, Turquía ha vivido una ola de protestas masiva no solo en Estambul sino en todo el país, sobretodo protagonizada por estudiantes universitarios. Las manifestaciones han sido completamente prohibidas por el gobierno turco, y Erdogan las ha llegado a catalogar de “terrorismo callejero”.
Desde miércoles hasta este domingo, más de 800 personas han sido detenidas en las protestas: de ellas, 323 lo fueron este sábado por la noche en la manifestación delante del ayuntamiento de Estambul, el punto neurálgico de este movimiento de protestas, que consigue concentrar a varios cientos de miles de personas en un país, Turquía, donde las posibilidades de ser detenido por manifestarse son enormes.
A pesar de que las manifestaciones no estén permitidas, la policía ha permitido hasta cierto punto las reuniones, y tan solo ha atacado —aunque con increíble dureza, utilizando gases pimienta y cañones de agua especiada con agentes lacrimógenos a los jóvenes que intentan marchar desde la alcaldía de Estambul hacia los lugares de protesta emblemáticos de la ciudad o, más directamente, hacia las oficinas de la policía donde la justicia turca retiene a Imamoglu.
Un manifestante desafía a la policia en Estambul. / EFE
«Lo que está ocurriendo hoy me llena de esperanza. Millones de personas en todo el país están saliendo a votar y mostrar su apoyo a Imamoglu. La votación será simbólica, pero es algo increíble. Llevo décadas siendo miembro del CHP, pero nunca había visto nada así», asegura Damla, una mujer de mediana edad que trabaja de apoderada durante las primarias del CHP de este domingo en Turquía, abiertas a toda la población.
El control es poco, y quien quiera, si lo intenta, puede votar tantas veces como desee. Pero eso no es lo importante: para el partido, la intención de este plebiscito —con un solo candidato y una sola cara, la de Imamoglu— es crear un acto político simbólico; una toma de temperatura de la población. Miembros del CHP aseguran que la cifra de votantes en el comicio de este domingo —se esperan varios millones de participantes— no se sabrá hasta, probablemente, este lunes por la madrugada.
Corrupción y terrorismo
En la actualidad, Imamoglu es protagonista de ocho procesos judiciales independientes, abiertos contra el político sobre todo durante los últimos meses. Este miércoles, así, el alcalde de Estambul fue detenido por dos últimas causas, éstas penales: pertenecer, liderar y beneficiarse, presuntamente, de una mafia criminal de corrupción y tener supuestos, vínculos con la guerrilla kurdoturca del PKK —con quien, de hecho, Ankara está realizando durante los últimos meses negociaciones de paz—, considerada terrorista por Turquía.
Abogados consultados por este periódico que han tenido acceso a los documentos de la declaración de Imamoglu ante la policía y fiscalía aseguran que las acusaciones, basadas en testigos anónimos y llamadas del alcalde a sus “compañeros de crimen” —es decir, sus ayudantes y altos funcionarios en la alcaldía de Estambul, también detenidos— no se sustentan.
“No hemos dormido en toda la noche [esperando la noticia de la prisión provisional para Imamoglu] —ha dicho este domingo el alcalde de Ankara, el también opositor Mansur Yavas—. Están jugando a bloquear el camino de un alcalde que recibió la confianza de cinco millones de votantes en una sola ciudad hace un año. Es vergonzoso para nuestro país. Me avergüenzo de nuestro sistema de justicia”.