La Cooperativa Olivarera Los Pedroches (Olipe) ha alcanzado en la presente campaña de aceituna un récord de producción impensable hace un par de años. Con la recogida del fruto terminada hace una semana, los datos indican que la producción de aceituna se ha multiplicado por diez con respecto al año anterior, gracias a una buena climatología.
Según ha informado este miércoles el presidente de la cooperativa, Bartolomé Carrillo, la producción de aceituna ha sido de 17,5 millones de kilos, de los que 12 son de fruto ecológico, 4,5 millones procedentes del olivar tradicional y una pequeña cantidad de en torno a un millón de kilos de un nuevo concepto agrícola, el llamado «biodinámico». El año anterior se obtuvieron tan sólo 1,7 millones de kilos, más 1,4 en la campaña previa; es decir, diez veces menos a causa de la sequía que hizo que los olivos de las comarcas septentrionales, como en prácticamente todo el país, se resintieran.
La producción de aceite, en consecuencia, también ha aumentado, aunque no en la misma medida dado que los rendimientos han sido en promedio inferiores a los de años anteriores. Carrillo los sitúa de media en el 18%, lo que da como resultado 2.160 toneladas de aceite de oliva ecológico, otras 810 de cultivo tradicional y 180 con calificación de biodinámico. Cada uno de estos productos está envasado de manera diferenciada aunque siguiendo una línea idéntica que apela a los valores ambientales de Los Pedroches.
Problemas
A pesar de los buenos resultados, la campaña no ha estado exenta de problemas. El primero, la falta de jornaleros, según ha explicado el presidente de Olipe, una circunstancia que los agricultores llevan un año denunciando ante la previsión de una campaña de récord, pero que se agrava en el caso del olivar de sierra de Los Pedroches, que requiere gran cantidad de mano de obra. Algunas fincas se han quedado sin recoger la aceituna, aunque en la mayor parte de los casos se ha recurrido a alargar el tiempo de cosecha.
Presentación del balance de campaña de Olipe en la tienda de Covap en Córdoba. / Víctor Castro
Otro inconveniente está en los precios, muy por debajo de lo que se pagó el año pasado. Carrillo ha explicado que un olivar intensivo tiene unos costes que rondan 1,7 o 1,8 euros por kilo de aceite producido, mientras que el tradicional asciende hasta los 3 euros. Para un olivar de sierra, sin embargo, es necesario venderlo al menos a 4,5 euros para no perder dinero. En esta campaña se han conseguido beneficios, según Carrillo, porque sus aceites tienen un alto valor añadido, por encima de la media que se paga ahora por el AOVE.
A todo esto hay que añadir la adaptación de la compañía a una gran variabilidad, que hace que de un año para otro se puede multiplicar exponencialmente la producción y, por tanto, los recursos necesarios. Lo que se obtiene de más en una campaña debe amortizar los gastos extraordinarios de años de producciones cortas. En palabras de Carrillo: «Una campaña de récord no supone borrón y cuenta nueva. Hay que vivir en la sostenibilidad, y estas variaciones eso nos indican la inestabilidad climática que tenemos. No hay producciones constantes». En conclusión, «es muy complicado» gestionar así una compañía agrícola. .