Lionel Scaloni deberá consolidar al equipo para intentar ganar la semi y otra final.
El equipo que ganó el Mundial de Qatar todavía no es el equipo que ganó el Mundial de Qatar. No es una paradoja; es una síntesis a partir de los síntomas que padeció la Selección argentina durante la fase de grupos y los cuartos de final de la Copa América.
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Es cierto que la obtención de la Copa del Mundo tuvo episodios con drama deportivo, tan real como lo que se nota en la actual competición: Lionel Scaloni, por cuestiones puntuales, aún encontró la mejor versión de su gran creación.
Que Dibu Martínez sea la figura excluyente del equipo no es algo accidental. Con intervenciones decisivas en todos los cruces y dos penales durante el desempate contra los ecuatorianos, el arquero del Aston Villa “salvo” a sus compañeros de una eliminación temprana, tal cual aceptó Rodrigo De Paul. ¿Por qué tiene tanto trabajo? Porque Argentina no tiene la misma posesión de la pelota en comparación con otros partidos. Basta con recordar el segundo tiempo ante Ecuador y los cambios de Scaloni, quien sumó un quinto defensor para bancar el asedio rival.
Que Lionel Messi se haya lesionado frente a Perú es mucho más que un atenuante. Y que haya competido contra Ecuador dando ventajas físicas favorece al rival. Que haya ganado mucho terreno antes de la semi de este martes es fundamental. Si el mejor de los tuyos no está al cien por ciento, el equipo debe funcionar de manera perfecta para disimularlo, y eso aún no ha sucedido. ¿Será con Ángel Di María, el socio perfecto de Leo?
Que Leandro Paredes, que Alexis Mac Allister, que Enzo Fernández. Gio Lo Celso entra y sale, y Rodrigo De Paul es intocable aún con vaivenes normales. Y el mediocampo, que fue el eje de todo en Qatar, todavía no está. Esta circunstancia es, entre las alertas, la que más preocupa, ya que Enzo no llegó al cien por ciento de su potencial, y es una pieza fundamental. Si Scaloni, como en tantas otras oportunidades, da en la tecla con los nombres de cara a la recta final del torneo, la chance de la Selección crecerá de manera exponencial.
La disputa entre Lautaro Martínez y Julián Álvarez es un arma de doble filo, que puede terminar dañando la confianza del primero. Y si a Julián le toca estar, tampoco está mal. Pero debe ser uno u otro en la semi y la eventual final. Para un goleador, la confianza es todo. Prohibido dudar.
Colombia y Uruguay asoman como grandes candidatos por su presente deportivo. Que deban desgastarse en una semi, tal cual le pasó a la Celeste contra el inclasificable Brasil, es una ventaja para la Selección. Y más allá de todos los obstáculos que aún debe sortear el campeón del mundo en los Estados Unidos, la chance se mantiene intacta. Llegó la hora de las decisiones que escriben la historia grande, otra vez, para Scaloni y la Scaloneta, su gran creación.