En un notable esfuerzo por abordar la crisis de vivienda en Nueva York y revitalizar espacios inutilizados, el gobierno estatal presentó un ambicioso proyecto para convertir la antigua prisión de mujeres Bayview Correctional Facility en un moderno complejo de viviendas asequibles. La iniciativa, denominada Liberty Landing, representa una inversión de más de 108 millones de dólares y promete no solo proporcionar hogares a quienes más lo necesitan, sino también transformar la imagen de un edificio con un pasado oscuro en un “símbolo de esperanza y renovación”.
El Bayview Correctional Facility, ubicado en el elegante barrio de West Chelsea en Manhattan, ha estado desocupado desde su cierre tras el impacto del huracán Sandy en 2012. Durante años, el destino de este edificio histórico fue incierto, pero ahora se convertirá en el epicentro de una transformación significativa que busca responder a la creciente necesidad de hogares económicos en la ciudad.
El proyecto Liberty Landing es el resultado de una colaboración entre el grupo inmobiliario Camber Property Group y la organización sin fines de lucro Osborne Association, según informó la propia gobernadora Kathy Hochul en una conferencia de prensa brindada este lunes. Allí, la mandataria explicó que el objetivo es crear 124 unidades de vivienda asequible, con especial énfasis en proporcionar un techo a personas de bajos ingresos y a exreclusos que buscan reintegrarse en la sociedad.
Características del proyecto Liberty Landing
El plan de desarrollo incluye la preservación de las estructuras principales y anexas del antiguo centro penitenciario, mientras se añade una nueva construcción en el patio interior para maximizar las oportunidades de vivienda. El proyecto no solo ofrecerá unidades residenciales asequibles, sino que también contará con una unidad de instalaciones comunitarias de 864 metros cuadrados dedicada a programas orientados a la juventud. Esto permitirá una amplia gama de servicios y actividades diseñadas para satisfacer las necesidades de los jóvenes en la comunidad circundante.
Además, se establecerá una residencia transitoria de 15 unidades para apoyar a personas con necesidades de salud mental que estén en transición y requieran de alojamiento temporal. La Oficina de Salud Mental del Estado de Nueva York proporcionará tanto financiamiento de capital como operativo.
La Asociación Osborne ofrecerá una amplia gama de servicios sociales y programas diseñados para satisfacer las necesidades únicas de las personas que reingresan a la comunidad después de la encarcelación. Estos servicios se integrarán en el tejido del desarrollo, garantizando que los residentes tengan fácil acceso a los recursos que necesitan para prosperar.
Los servicios incluirán programas de desarrollo laboral, asesoramiento familiar y de relaciones, capacitación en habilidades de vida independiente y servicios de bienestar en el lugar, como educación nutricional y gestión de enfermedades crónicas. Los residentes también tendrán acceso a asesoría sobre beneficios, mentoría de pares y conexiones con atención médica, apoyo de salud mental y tratamiento de trastornos por uso de sustancias a través de asociaciones comunitarias.
“Cada neoyorquino merece acceso a una vivienda segura, estable y asequible. Liberty Landing representa un paso significativo en nuestros esfuerzos por ofrecer oportunidades de vivienda inclusivas y apoyo a los más vulnerables”, destacó la gobernadora Hochul. Por su parte, Hope Knight, presidenta y directora ejecutiva de Empire State Development, explicó que este proyecto ejemplifica su compromiso “con un desarrollo innovador y centrado en la comunidad que aborda necesidades críticas mientras revitaliza activos estatales subutilizados”.
La iniciativa está programada para someterse a una revisión ambiental bajo la Ley de Revisión de Calidad Ambiental del Estado, por lo que se presentará para comentarios públicos antes de su consideración y aprobación final.
LA NACION