PARIS (Enviado especial).- Lo que se temía en medio de esa caldera enfervorizada, ocurrió: Gonzalo Peillat, campeón olímpico con Argentina en Río 2016, anotó uno de los tres goles para la victoria de Alemania por 3 a 2 sobre los Leones, que quedaron eliminados en los cuartos de final del torneo de hockey sobre césped de París 2024. Su aporte fue un tiro furibundo de córner a los 9 minutos del segundo cuarto, que condujo al 2-1 parcial. “Acha” cambió de pasaporte, tiene ciudadanía germana desde 2022 y gritó su conquista alzando el puño, con pasión, y abrazándose con sus compañeros germanos. Un verdugo que astilló la ilusión nacional. Un final doloroso.
Más que “una traición a la patria”, la frase acusadora que podría leerse en redes sociales, es el previsible desenlace deportivo de un verdadero animal competitivo, que decidió un provenir menos improvisado, a riesgo de dejar herida a mucha gente querida y conocida de su tierra natal, que lo vio formarse en el Club Mitre. Con los años, el lateral trazó una formidable carrera con el equipo argentino, sobre todo durante la gestión del Chapa Retegui.
Hay una foto muy especial de Gonzalo Peillat durante el podio de los Leones en Río 2016. La cámara de una agencia internacional lo tomó justo en el momento en que el defensor medía el espesor de su medalla dorada con un ojo cerrado y otro abierto, como un relojero que ajusta mecanismos con suma precisión. “En ese instante me puse a observar la medalla para ver si era real o no” le describía el defensor a LA NACION en diciembre de 2016, cuando el hockey masculino nacional estaba en la gloria, después de haber concretado un hito deportivo mayúsculo, histórico y hasta en cierto punto inesperado.
Peillat habló en aquella entrevista durante la fiesta de los Olimpia, estaba vestido con un traje azul oscuro y se había puesto un moño al tono. Un look de gala para despedir su año inolvidable con los colores celestes y blancos. Nada ni nadie iba imaginó lo que vendría, porque en aquella charla mano a mano, “Acha” también se animaba a proyectar el futuro: “Si pudiéramos repetir el título olímpico en Tokio 2020, obviamente lo firmaría hoy. Además, el sueño es salir campeón en el Mundial 2018. Pero el objetivo en estos tiempos es tratar de mantenernos y ponernos en la cabeza distintas metas, como las semifinales de la World League”.
Mucha ilusión, hasta que se cansó de una errante conducción por parte de la Confederación Argentina de Hockey. Así que el 26 de marzo de 2018 publicó un comunicado, en el que renunciaba a la selección junto con Agustín Mazzilli, que al final no se fue e integró el plantel en París. El duro mensaje del jugador formado en Mitre se relacionaba con la designación de Retegui como head coach de los seleccionados nacionales y su continuidad al frente al equipo masculino: “Sin saber si esto estuvo planeado o fue el resultado de un manejo político, Retegui sin ninguna explicación vuelve con una doble función, la cual demanda mucho más trabajo, energía y tiempo. Motivo por el cual él había renunciado al mismo cargo cinco semanas atrás. Nuestro paso al costado es porque nos traicionaron, nos mintieron en la cara, nos faltaron el respeto y nos dejaron expuestos ante una situación inmanejable”. Fulminante.
Su situación no mejoró cuando Germán Orozco tomó la conducción de Los Leones en abril de 2018, pese a que había llegado con mensaje pacificador para limar viejos conflictos. Se desencadenó un conflicto entre Peillat y el DT en un Tres Naciones de Chile y ese certamen fue el último del defensor con la camiseta celeste y blanca.
La chance definitiva de Peillat para jugar para los germanos se concretó cuando exhibió el pasaporte alemán en febrero de 2022. Una parte de él le dictaba que quería seguir jugando para Argentina, pero estaba convencido de que las cosas no iban a funcionar. Dijo que lo pensó “mil veces con su familia” y que no lo podía hablar con nadie. Temía críticas de sus compatriotas y dudaba de la recepción que iba a tener en Alemania esta decisión, más allá de que hacía rato se sentía en su casa en Mannheimer HC de la Bundesliga, además de adaptarse perfectamente a la vida alemana, en compañía de la exLeona Florencia Habif. Los alemanes lo recibieron con los brazos abiertos y lo consideraron una pieza fundamental.
Ahora, Peillat disfruta de un presente fantástico con Alemania y ya sueña con una medalla en París, después de haber alcanzado la cúspide con los Leones hace ocho años en el estadio Deodoro de Río de Janeiro. Una decisión controvertida para mucha gente, pero al fin y al cabo inobjetable para este jugador que es una pérdida irreparable para el seleccionado argentino. El mismo “Acha” que no toleró más la desorganización dirigencial y optó por un destino de orden, control y estructura. Quizás más lejos de la pasión, seguramente más cerca de los métodos y los planes bien pensados.