A veces, nada es lo que parece. Sobre todo, en el mundo del fútbol.
Había quedado fuera de la última Copa América y parecía marginado de la selección argentina. La hipótesis era evidente: Paulo Dybala era un nombre y apellido del pasado del equipo nacional. Sobre todo, si se toman como referencia los últimos largos meses, en los que Lionel Scaloni empezó a tejer alianzas con jóvenes promesas, joyas deslumbrantes (y no tan conocidas por el gran público), rumbo al futuro.
Sin embargo, contra todo tipo de pronóstico, volvió una mañana, una citación inesperada, fuera de calendario. Para sorpresa de todos. El cordobés fue convocado para la doble fecha de eliminatorias para el Mundial Estados Unidos-México-Canadá 2026. De entrañable relación con el cordobés, Scaloni lo incorporó al plantel que se enfrentará el 5 de septiembre a las 21 ante Chile, en el Monumental y el martes 10 de septiembre a las 17, ante Colombia, en Barranquilla. El volante/delantero volverá a vestirse con la camiseta celeste y blanca luego de casi un año y medio: su última aparición se dio en un anecdótico 7 a 0 ante Curazao, que se disputó el 28 de marzo de 2023.
¿Por qué lo convocó? ¿Qué soluciones le puede dar el crack a un equipo en el que rara vez brilló?
Todo tiene su historia. En las últimas horas, sorprendió al mundo del fútbol al rechazar una suculenta oferta de 75 millones de dólares de Al Qadsiah, de Arabia Saudita, y advirtió que la decisión de permanecer en Roma se debía entre otros motivos a las ganas de seguir integrando el equipo nacional. ”Todo el mundo mira el dinero, pero consideré muchas otras cosas antes de decidir. Estaba mi familia, mi esposa en particular, la ciudad, el equipo y el deseo de volver a la selección argentina. Tengo 30 años y me siento bien”, contó en Sky Sports.
Campeón en Qatar 2022, tuvo su rápida recompensa, dado que fue incluido a último momento entre los jugadores que ya habían sido citados el viernes pasado. En esta última convocatoria, no está Lionel Messi, que todavía no volvió a jugar desde la final contra Colombia a raíz de una lesión, ni el “retirado” Angel Di María, que se despidió del equipo nacional tras la coronación en el Hard Rock Stadium de Miami.
Posiblemente, Scaloni esperó hasta último momento la evolución de la Pulga. Su ausencia no solo alarma en nuestro medio: se cuenta en Estados Unidos que David Beckham está inquieto porque el estadio no suele cubrirse más allá del 60 por ciento de su capacidad, con el rosarino en la platea. En la selección, en cambio, la ecuación no debería ser así de drástica: ya demostró el equipo (sobre todo, en la Copa América) que aprendió a jugar sin Leo. Y llena estadios.
Para esta convocatoria, fue decisivo que el volante cordobés se haya quedado en Roma, a pesar de haber recibido una oferta imposible de rechazar de Al Qadsiah. La confirmación de su permanencia en Italia provocó una ovación de los hinchas del conjunto de la capital eterna, que perdió en la última fecha en el estadio Olímpico ante Empoli por 2 a 1. Dybala jugó por las bandas y verdaderamente mal.
“No estoy conforme con el partido de nadie, estos jugadores pueden dar más. Cuando perdés en casa no podés estar conforme con nadie, no es referido a él. Era un partido que debíamos ganar y debimos jugar mejor a nivel colectivo”, reconoció Daniele De Rossi, el entrenador, que solía tener entre sus preferidos al cordobés. Sin embargo, había tomado nota de la voz dirigencial, que establecía que tiene un salario de 4,5 millones de euros por año; la Loba quería bajar costos de la plantilla y el escenario de la reducción salarial era imprescindible. Al final, se quedó. Y la gente lo adora.
En la derrota contra Empoli, la formación contó como trío de ataque al ucraniano Artem Dovbyk (1,84m) como faro y Dybala y Matías Soulé, por los costados. El wing de 21 años también fue convocado a la selección. Sin Messi y Di María, con un partido efervescente bajo el fuego de Barranquilla y posiblemente frente al equipo que mejor juega en esta parte del mundo, Scaloni habrá tomado nota de la necesidad del talento y la experiencia de Dybala, que va a estar rodeado de jóvenes y figuras de esta era. Sin pasado de selección. Un ejemplo: las citaciones de Valentín Carboni, Alejandro Garnacho, el propio Soulé, Giuliano Simeone y Valentín Castellanos. Lógicamente, Lautaro Martínez y Julián Alvarez están en otra sintonía.
La Joya no representa una voz de mando, tampoco es un líder dentro del campo de juego de las características que todos conocemos. Sin embargo, su recorrido en el seleccionado, la habilidad de siempre y sin estar bajo la sombra de Messi, pueden ser motivos suficientes para su tardío arribo. Y algo más: si es convocado, en otro término y con la confirmación de su permanencia en la Serie A, debería ser parte del equipo de gala.
Citarlo para dejarlo en el banco de suplentes se podría tomar como un mensaje confuso.
Dybala abrió su corazón este domingo. Habló de todo: del dinero, de su vida privada, de Roma, de la selección. Hasta de su lugar en la cancha. ¿No fue un clásico número 10 en sus comienzos? ¿Perdió, acaso, esa clase para la conducción?
“Nos faltó malicia en los últimos metros, aunque lo intentamos. No lastimamos a Empoli y yo no jugué cerca del arco. Esta semana debemos comprender los errores cometidos y preparar bien el próximo partido, que será mucho más duro”, subrayó Dybala en alusión al choque con Juventus. En cuanto a su decisión de rechazar la oferta del equipo saudita, según cita la agencia ANSA, la Joya explicó: “Son momentos en los que tienen diferentes pensamientos y muchas cosas se te pasan por la cabeza. Después, para una decisión, analizas muchas cosas, nunca es fácil. Llevo 13 años en Italia y me siento como en casa, en todos lados donde estuve me sentí muy bien”, argumentó.
Y fue más allá: “La cifra económica es de lo que más hablamos, es mucho dinero y no digo que no lo pensé. Gané mucho en mi carrera, lo hablé con mi familia, puedo volver a la selección y todavía quiero competir. Todas estas cosas me llevaron a tomar esta decisión. Estaba mi familia, mi mujer en particular, la ciudad, el equipo, las ganas de volver a la selección: tengo 30 años, me siento bien, aunque veo muchas críticas por las lesiones”, se plantó.
¿De Rossi? “Si el entrenador decide que debo jugar 30 minutos, lo haré. Será su elección y todos deberíamos pensar así”, acepta el juego Dybala, que suma 38 partidos en la selección. Anotó tres goles, dio siete asistencias y ganó dos títulos. Ahora, mezclado entre los pibes del futuro, tiene una nueva oportunidad, cuando no lo esperaba casi nadie.