¿Qué seignifica ser «clase media» en la Argentina? ¿Qué tipos de clase media hay? ¿Qué es esto de sentirse de clase media sin serlo? Orson Welles decía que «el enemigo de la sociedad es la clase media y el enemigo de la vida es la mediana edad». En nuestro país, el Estado toma como rehén de los desequilibrios macro a la capa social «sándwich» de la sociedad. Esta lo paga con mayor presión tributaria, menor salud y educación, caída de la economía y pérdida de poder adquisitivo de nuestra moneda, falta de seguridad jurídica e institucional, entre otros. Son los héroes silenciosos de una crisis inagotable en la Argentina donde siempre se les pide un poquito más.
El falso progresismo en lugar de lograr el ascenso y la movilidad social logró que la sociedad baje por escalera mecánica de la clase media a la baja o a lo que ahora se llama «clase media acomodada» cómo para no decir que hicieron trizas no solo la oportunidad de ascenso de las clases bajas a la media sino que destruyeron la calidad de vida de la clase media para hacerla descender a la baja.
Hoy la clase media vive con un pie en la ilusión de ser de clase media y con el otro en la realidad de la pobreza. Camina sobre el descenso de su calidad de vida. En el fango de la mediocridad. En el esfuerzo y trabajo duro que no le retribuye beneficio en una sociedad que durante mucho tiempo premio la anti-meritocracia.
En la Argentina, determinar el umbral de ingresos necesario para que una familia de clase media no se encuentre en situación de pobreza es una cuestión de gran relevancia económica y social. En julio de 2024, una familia necesitaba un ingreso mensual de $1.450.250 para evitar ser clasificada como pobre, lo que representa un aumento del 5.760% en comparación con los $24.749 requeridos en julio de 2017.
Durante el mismo período, el ingreso necesario para no ser considerado indigente también ha experimentado un incremento significativo. En julio de 2017, una familia necesitaba superar $8.113 para evitar la indigencia, mientras que en julio de 2024 este umbral ha aumentado a $543.255. Asimismo, para superar el umbral de pobreza, una familia requería ingresos mayores a $19,744 en 2017, cifra que en 2024 ha ascendido a $1.112.738. Estos aumentos reflejan la profunda evolución de los costos de vida en el país durante los últimos años.
Las brechas entre indigencia, pobreza y clase media
Nos hemos propuesto realizar un análisis de cómo han evolucionado las brechas entre indigencia, pobreza y clase media en los últimos años. Para este análisis, hemos definido los siguientes términos:
- Indigencia: el ingreso necesario para cubrir únicamente la canasta básica alimenticia.
- Pobreza: el ingreso necesario para cubrir la canasta básica total, que incluye alimentación, vivienda, educación, salud, entre otros.
- Clase media: el ingreso mínimo necesario para mantener un nivel de vida que se considera adecuado y que supera el umbral de pobreza.
Evolución de las brechas entre indigencia, pobreza y clase media en los últimos años
En relación con la brecha entre la indigencia y la pobreza, se ha observado una reducción progresiva a lo largo del tiempo. En julio de 2017, se necesitaban $8,113 para cubrir las necesidades alimentarias básicas y $19.744 para cubrir la canasta básica total, lo que indicaba una brecha del 59 por ciento.
Actualmente, en julio de 2024, se requieren $543.225 para cubrir las necesidades alimentarias básicas y $1.112.738 para cubrir la canasta básica total, lo que refleja una brecha del 51%. Esto representa una reducción del 8% en la brecha durante este período. Este cambio sugiere que el aumento en el costo de la canasta básica alimentaria ha superado al incremento registrado en la canasta básica total.
En cuanto a la brecha entre la indigencia y la pobreza, se ha observado una reducción progresiva a lo largo del tiempo
La tendencia se mantiene al comparar la indigencia con la clase media. A lo largo del período analizado, la brecha entre la pobreza y la indigencia ha disminuido progresivamente, pasando de un 67% en julio de 2020 a un 66% en julio de 2021, alcanzando un 65% en julio de 2022 y finalmente un 63% en julio de 2024.
Este comportamiento no refleja buenas noticias para el ingreso de la clase media. Aunque sus ingresos han aumentado, el hecho de que la brecha se haya reducido indica que dicho incremento ha sido inferior al aumento en el costo de la canasta básica alimentaria. En otras palabras, los precios de los alimentos han subido a un ritmo más acelerado que los salarios de este segmento de la población.
La tendencia de achicamiento de la brecha se mantiene al comparar la indigencia con la clase media
En cuanto a la brecha entre la pobreza y la clase media, la tendencia ha sido distinta a la observada en los casos anteriores. Entre julio de 2017 y julio de 2022, la situación mejoró para la clase media, alcanzando una diferencia del 26% en 2022, el punto más favorable en nuestra historia reciente.
Sin embargo, a partir de esa fecha, la brecha ha comenzado a deteriorarse, llegando a una diferencia del 23% en julio de 2024. Este cambio podría indicar que, desde 2022, no solo los precios de los alimentos han aumentado a un ritmo más rápido que el ingreso de la clase media, sino también los costos de vivienda, educación, salud, entre otros.
Los distintos niveles de la clase media
Es relevante destacar que la economía argentina presenta diversos niveles dentro de la clase media. Actualmente, se considera clase media a aquellos que alcanzan el umbral mínimo establecido. Sin embargo, existen familias que, con acceso a colegios privados, automóviles, seguros, obra social paga, entre otros, experimentan una brecha aún mayor.
En cuanto a la brecha entre pobreza y clase media, la tendencia ha sido distinta a la de los casos anteriores
Ayn Rand decía que «las clases ricas son el pasado de una nación, la clases media es su futuro». Hemos subvertido el futuro de la nación culpando a la clase rica sobre el incremento de la clase pobre y deteriorando las oportunidades económicas de la clase media haciéndola descender a la baja. Mientras el resto de la región en América Latina logró en los últimos 10 años un crecimiento sostenido de la economía convirtiendo a los pobres en una clase social económica ascendente sólo la Argentina y Venezuela lograron el proceso inverso.
La calidad de vida y seguridad de clase media se convirtió en fragilidad e imprevisibilidad futura. Sus hijos decidieron tomar otro rumbo puertas afuera de nuestro país al ver el espejo de sus padres y abuelos en los últimos 40 años. No es lo mismo crecer rico que crecer pobre pero nacer de clase media y volverte pobre debe ser una de las peores humillaciones para una clase emprendedora, trabajadora y profesional. El esfuerzo no valió la pena porque se premia al de abajo para mantenerlo abajo con política clientelar y se castiga al de la media a costa del de abajo.