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Para la City, las proyecciones de Luis Caputo sobre inflación y dólar son demasiado optimistas

El proyecto de Presupuesto 2025 que fue presentado el domingo por el presidente Javier Milei en el Congreso, y por cadena nacional, contempla proyecciones excesivamente optimistas, y en algunos casos muy difícil de cumplir como la estimación de inflación prevista a fin de este año en 104,4% y para diciembre de 2025 en 18,3% interanua, según la visión de los economistas.

Además, los expertos afirman que es poco probable acumular reservas con el esquema cambiario que prevé un dólar oficial valor promedio para diciembre de 2024 de $1.109,90, por lo que se mantendría un crawling peg de 2% mensual hasta ese mes, y precio de $1.207 a fin de 2025, lo que implicaría reducir el ritmo de ajuste devaluatorio atrasando aún más el tipo de cambio

Los economistas vislumbran también otras inconsistencias entre las proyecciones de crecimiento de actividad económica con las de comercio exterior. Algunos enfatizan que con este esquema «faltan dólares, y el programa requiere dólares», y consideran que difícilmente se levante el cepo antes de las elecciones legislativas de 2025.

Inflación: ¿se pueden cumplir las previsiones del Presupuesto 2025 del Gobierno?

Para los economistas, la estimación inflacionaria que plantea el ministerio de Economía, encabezado por Luis Caputo, de 104,4% en 2024, luce demasiado optimista, y el objetivo de reducirla a 18,3% interanual en diciembre de 2025 es «ambicioso y difícil» de lograr. En general, los analistas concuerdan que, tras la inflación de agosto de 4,2%, en septiembre se desaceleraría a un rango de entre 3,4% y 3,9% por impacto de la baja del Impuesto PAIS, pero hacia adelante por la inercia inflacionaria y ajustes tarifarios vaticinan que el costo de vida en lo que resta del año rondará en alrededor entre 3% y 4%.

Los precios minoristas acumulan en los primeros ocho meses del año 98,4%. En ese marco, la economista Natalia Motyl, juzgó que «para que cierre a 104,4% la inflación es necesario que para diciembre se cierre con una inflación del 1%; lo veo bastante optimista dado que no han quebrado el 3%, y se necesita tiempo para que la política monetaria haga efecto». No obstante, recalcó que esos objetivos «son cumplibles siempre y cuando no emitan pesos y saquen de circulación con la venta diaria de dólares».

En sintonía, la consultora Outlier evaluó que «esta cifra parece, a priori, extremadamente optimista, y con un registro de inflación del 3% en septiembre, exigiría tasas inferiores al 1% en el último trimestre de 2024″, en tanto que la tasa inflacionaria prevista para 2025 es del se traduce en un 1,4% mensual.

A su vez, Maximiliano Ramírez, director de Lambda Consultores, sostuvo que «no veo posible reducir la inflación a 1,4%de promedio mensual en 2025» y estimó que el costo de vida «el año que viene va a estar entre 3% y 4% mensual, no se va poder perforar eso en contexto donde necesitas una mejora en salarios y eso va a a presionar alza de los precios».

Aldo Abram, director de la Fundación Libertad y Progreso, comentó que «estimamos que la inflación puede terminar este año en 120%», al tiempo que tildó de «muy optimista» el objetivo inflacionario de 18,3% para 2025, e indicó que «nosotros pensamos que va ser con suerte alrededor de 25 a 30%». De todos modos,cree que «hemos visto los últimos 4% mensual, y de acá a fin de año la cifra va a empezar con 3,y tal vez algún mes con 2».

En tanto, el economista Federico Glustein calculó que la inflación este año cerrará en torno a 140%, y alegó que «hoy tenemos una inflación de 4% mensual. Dado como viene la trayectoria de inercia, y lo que falta de ajuste de tarifas, es complejo llegar a 1,4% mensual para enero».

Pablo Repetto, jefe de research de Aurum Valores, calificó de «ambicioso que la inflación baje a 1,4% de promedio mensual en 2025 donde va haber bastantes aumentos por lo que dice el resto del Presupuesto en término de tarifas, combustibles».

Por su parte, Fernando Baer, economista jefe de Quantum Finanzas, señaló que «las proyecciones «son exigentes, pero no descarto que sean cumplibles«. Y acotó: «La inflación este año puede cerrar en 105-125%, ese rango es posible. Si se mantiene el superávit fiscal y se abre el cepo, con política monetaria acorde es posible que la tasa de inflación siga cayendo el año que viene, aunque 18% es ambicioso», esgrimió.

Jeremías Rucci, Project Manager de la Fundación Internacional Bases, destacó que «el presidente ha remarcado en el discurso que solo son proyecciones, hay que ver qué sucede en los próximos meses con la inflación núcleo».

«Los primeros momentos de descenso brusco de la inflación fueron relativamente rápidos. El tema es lograr salir de estos 4 puntos en los que parece que hay un estancamiento, y un factor crucial a observar es la tasa de política monetaria, que es similar a esa cifra mensual. En el medio vienen épocas con aumentos estacionales (las vacaciones, aguinaldos, luego el regreso de las clases, etc). La emisión en este momento se encuentra estancada, más allá de algunas obligaciones financieras en las que se debe emitir. Hay una tesis que dice que el rezago de la inflación dura unos 18 meses, por lo que recién vamos transitando los primeros 9. La inflación estuvo bajando, pero eso no significa que no haya aumentos de precios. La emisión cero sera la clave»,planteó.

Luz amarilla en reservas y dólar que plantea Luis Caputo para el 2025

En un contexto donde las reservas netas son negativas en torno a 6.000 millones, y un dólar oficial que para fin de 2025 se proyecta en $1.207 lo que implicar bajar el ritmo del crawling peg del actual 2% al 1%, Repetto advirtió que «parece poco probable que tengas acumulación de reservas para pagar la deuda con un tipo de cambio real tan bajo, con importaciones y exportaciones que van a sufrir».

«Por un lado, con un tipo de cambio real tan bajo se va a hacer complicado exportar, salvo en la parte de energía y agro. Y además, va haber una demanda de importaciones importante porque la recuperación de la actividad que están proyectando requiere más niveles de importaciones», agregó.

«Ese tipo de cambio también te genera un agujero de la cuenta servicios. Las importaciones y exportaciones de servicios es muy deficitaria en Argentina y con ese tipo de cambio real va a perder muchas reservas, asi que habrá que buscar un esquema para suplantar lo que hoy es el Impuesto PAIS», subrayó.

Glustein también auguró que «habrá incremento de importaciones por la recuperación económica lo que provocará una sangría de reservas, teniendo en cuenta el valor apreciado de la divisa».

A su vez, Rampírez aseveró que «una reducción en el ritmo del crawl que tendría que pasar del 2% al 1%, va a ser consistente solo si empezas a generar una suba en la tasa de interés, como para que la gente no vaya al dólar, pero lo veo complicado en año electoral».

Para Rucci, un dólar a $1.207 a fin de 2025 «es una medición compleja y un poco difìcil de cumplir porque si la inflación no es 18%, todos los precios se moverán en distintas direcciones, incluyendo el dólar».

Asimismo, Outlier evaluó que al analizar «el conjunto de proyecciones macroeconómicas y su traducción en previsiones presupuestarias de ingresos y gastos, se advierte rápidamente que, además del esperable exceso de optimismo, la consistencia del escenario macroeconómico en sí mismo y su relación con las previsiones presupuestarias es muy baja, por no decir casi nula».

Entre otros aspectos, la consultora destacó que «las proyecciones de crecimiento no parecen consistentes con las del comercio exterior. Se proyecta una fuerte recuperación de la actividad económica en 2025 (+5% real), después de una caída del 3,8% en 2024 (este supuesto es levemente más pesimista que el consenso local)».

«Sin embargo, el saldo de bienes y servicios casi no se resiente, reduciéndose solo en u$s1.000 millones, con valores exportados desacelerando e importaciones acelerando. Pero la aceleración de estas últimas parece demasiado baja, especialmente si se considera que se proyecta para 2025 una fuerte recuperación de la inversión», planteó.

Ramírez concordó que «algo que me llamó la atención es el tema del sector externo, en particular la balanza de pagos, es llamativo en términos de exportaciones e importaciones, por que lo tenes para 2025 es un sector externo positivo con un crecimiento de la actividad en torno a 5%».

«No me cierran los números con esos datos, fundamentalmente porque si aumenta la actividad económica al 5% vas a necesitar importaciones, eso ya me genera cierta duda en cuanto a la dinámica a la parte en dólares en 2025«, manifestó.

Y también comentó: «El otro punto es el consumo. Son bastante optimistas con la dinámica del consumo que prevén en torno al 4%. El repunte del consumo si no se mejora en términos de salario real, lo veo complicado, ese número me parece muy optimista».

A su vez, la consultora Equilibra consideró que «los supuestos macroeconómicos para 2025 subestiman la nominalidad y sobreestiman el crecimiento del PBI dado que, según nuestras proyecciones del sector externo, el saldo del intercambio de bienes y servicios será casi la mitad respecto a lo planteado en el Presupuesto,por lo que se necesitaría un ingreso significativo de capitales para crecer al 5%».

Presupuesto: ¿que percibe el mercado sobre una salida del cepo?

Outlier sostuvo que «el proyecto de presupuesto consagra la continuidad del crawling peg del 2% mensual hasta fines de 2024, lo que no parece ser consistente con una unificación cambiaria en 2024».

«El escenario 2025 sólo sería consistente con una unificación cambiaria que logre que el CCL converja al oficial, que no se retrase demasiado en el año y que sea seguida por un régimen con nula o baja flotación. Lo dicho tiene requerimientos de reservas elevados». Igualmente, no hay demasiadas referencias respecto. La palabra cepo no aparece en todo el mensaje, tampoco términos como «controles de cambios» o «unificación cambiaria». Toda la cuestión de flexibilización cambiaria es la gran omisión», recalcó.

Ramírez aseveró que en el Presupuesto «te están mostrando un escenario donde no va haber salida del cepo en 2025 porque no da el contexto como para poder sacarlo».

De igual visión, Repetto argumentó que «con el crawling que están implementando y el tipo de cambio que esperan tener, no hay prevista una salida del cepo».

Joaquín Marque, director de UG Valores, estimó que «teniendo en cuenta las proyecciones, respecto al tipo de cambio, e inflación, sumado a los abultados compromisos de deuda, el cepo podría postergarse hasta después de las elecciones de medio término, que podrían brindarle mayor legitimidad al rumbo económico elegido».

Para Motyl, «el tipo de cambio se irá corrigiendo; para el segundo semestre del 2025 podríamos pensar en una salida del cepo«. 

¿Qué conclusión hacen los expertos en líneas generales sobre el Presupuesto?

La consultora Outlier juzgó que «la Administración Milei propone un proyecto de presupuesto nacional que consagra el déficit fiscal cero para 2025, pero no presenta un plan consistente y creíble sobre cómo lograrlo».

«Lo único que está abierto a discusión es si el Congreso está dispuesto o no a consagrar ese pilar de la gestión mileísta. No se ofrece un espacio para debatir el plan en sí, es decir, cómo alcanzarlo y sostenerlo. En este sentido, con este conjunto de proyecciones y previsiones inconsistentes, la Administración Milei demuestra que no está dispuesta ni interesada en entablar esa discusión, asegurándose así una considerable discrecionalidad en el asunto. Probablemente, al igual que sucedió este año, porque sabe que muchas decisiones las tomará sobre la marcha», opinó.

Para Glustein «es un proyecto que muestra la ambición y los lineamientos del gobierno de Milei pero lo veo como una carta de intención que no necesariamente va a cumplirse, pero muestra el camino«.

Por su parte, Marina Dal Poggetto -en declaraciones radiales- destacó que «por el esquema cambiario que estás teniendo, no tenes superávit externo. y en ese esquema te faltan dólares, y el programa requiere dólares». Y señaló que el otro problema que se abre es que con este esquema cambiario «difícilmente», también, tengas un acuerdo con el FMI hasta el año que viene».

Marque opinó que «la baja abrupta de la inflación, un tipo de cambio apreciado, crecimiento del PBI y la necesidad de incrementar recaudación y exportaciones, simultáneamente a abultados compromisos de deuda serán el mayor desafío del año entrante».

«El mercado se pregunta si siendo tan ambicioso en las proyecciones presentadas, son más una expresión de deseo que una hoja de ruta del año entrante, si tenemos en cuenta que históricamente los presupuestos tuvieron grandes discrepancias con la realidad», advirtió.

Leonardo Chialva, de Delphos Investment, destacó que «dentro de los escenarios que manejamos, el Presupuesto se sitúa en línea con el escenario más positivo y optimista que uno puede pensar para el 2025».

«Para eso se requieren: buen régimen de lluvias, plagas agrícolas controladas, repunte de precios de materias primas agrícolas, BRL en Brasil apreciándose a zona de 5 o menos, Fed bajando tasas fuerte, China repuntando en actividad, cotización del petróleo alto para no abortar el «milagro» de vaca muerta, etc etc etc», enfatizó.

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