Rocío Orlandino tiene 33 años y consiguió una plaza para representar a la Argentina en el torneo que se hará en China en julio, pero necesita los fondos para costear el pasaje. “Va a ser un punto de quiebre en mi vida”, dijo sobre esta oportunidad.
“El deporte es mi forma de vida”, dice Rocío Orlandino y en su voz se puede identificar una sonrisa genuina que confirma la veracidad de esa afirmación. Por eso, no es casualidad que el Shaolin Kung Fu, una arte marcial milenaria, se haya convertido en los últimos años en su gran pasión. Tanto disfruta de esta disciplina que se perfeccionó al punto de ganarse una plaza en el Mundial que se hará en julio: por estos días, su gran esperanza es poder reunir los fondos para viajar y competir.
Leé también: Tiene cáncer y usa camisetas de fútbol como amuleto en los tratamientos: “Ojalá Messi y Martino me las firmen”
“Es una disciplina que aglutina todo lo que tiene que ver con el desarrollo del cuerpo, la mente y el espíritu. Es una rama del Kung Fu que está ligada al budismo también, entonces promulga un arte marcial con el foco puesto en la salud y en el cuidado, más allá de la potencia física”, explica Rocío o “Chicho”, como la llaman sus familiares y amigos.
Y señala: “A mí me ha ayudado mucho a desarrollar la disciplina y a mejorar mi calidad de vida en un montón de aspectos como el entrenamiento, comer bien o dormir bien. También esto de plantearme desafíos e ir asumiendo responsabilidades me hizo crecer a nivel humano”.
La clasificación al Mundial, un sueño hecho realidad
Rocío, que tiene 33 años y vive en el barrio porteño de Villa General Mitre, siempre estuvo ligada a distintos deportes, pero practicar un arte marcial era una deuda pendiente. Fue así hasta que un día pasó por una academia de Shaolin Kung Fu a dos cuadras de su casa: entró a probar una clase y ya nunca más paró.
La escuela Shaolin Argentina, dirigida por los maestros Daniel Vera (Shi XING Wu) y Yamila Melillo (Shi XING Gong), se convirtió en uno de sus lugares en el mundo. “Fue encontrar un espacio muy valioso para mí, de mucho aprendizaje”, sostiene la joven que, además, ama los perros y es educadora canina. También tiene un gusto muy especial por la actuación y el arte en general.
La gran oportunidad de Rocío llegó en octubre del año pasado, cuando la Argentina fue la sede de los Shaolin Games en Latinoamérica. La competencia tuvo 500 participantes y contó con la presencia de un grupo de 20 monjes y el abad del Templo Shaolin, que llegaron desde China.
La joven compitió en tres categorías: mano vacía (rutinas sin armas), rutinas de arma corta y de arma larga. Su desempeño fue impecable y, no solo obtuvo el mejor promedio de su grupo, sino que quedó entre las 10 seleccionadas de Latinoamérica para clasificar de manera directa al Mundial de China.
El inicio de la campaña solidaria: “Hacer las cosas con pasión y amor”
Aunque en un primer momento Rocío confió en que podría conseguir ayuda para costear el pasaje, hace un mes le confirmaron que eso no sería posible. Entonces, puso manos a la obra y armó una movida solidaria: el objetivo es conseguir los 2100 dólares para poder viajar a China.
“Mi maestro me decía lo habitual en las competencias es perder: lo excepcional es ganar. Cuando uno gana y puede ocupar esos espacios, son experiencias que que te marcan para toda la vida”, sostuvo la joven. Y agregó: “El Mundial va a ser un punto quiebre en mi vida y, pase lo que pase, voy a haber tenido la posibilidad de representar al país”.
Rocío sabe que la competencia será una “experiencia única e impagable”. “Por eso estoy moviéndome para hacerla realidad”, recalcó y nombró a su papá como la persona que la acompañó en todo este camino y quien tiene un rol fundamental en sus sueños y aspiraciones. Su hermana, que vive en Bélgica, y su hermano también juegan papeles claves.
Todo el círculo íntimo de la joven se puso al hombro la tarea de recaudar los fondos. Una de sus maestras redactó un texto, sus amigas reenviaron cadenas de mensajes con la misión solidaria, su hermana desde Bruselas tradujo los subtítulos de un video para poder conseguir donaciones en otras partes del mundo. La red de contención de Chicho puso su granito de arena desde el primer momento.
“El Mundial va a ser una confirmación de todo eso que promulgo: hacer las cosas con pasión y con amor, encontrar algo que te movilice hasta la última fibra de tu cuerpo y hacerlo con dedicación hasta que sientas que no te queda más para dar”, afirmó.
Y, entusiasmada, continuó: “Va a ser una confirmación de todos estos años de entrenamiento, de lesiones, de recuperaciones, de momentos de desánimo y de otros de seguir insistiendo. Pase lo que pase vamos a sostener este amor y esta pasión por lo que nos gusta hacer: el Mundial va a ser un gran momento de confianza, alegría y disfrute”.
Finalmente, llamó a confiar en “lo valioso que es ser parte del sueño de alguien más” y aseguró que no hay donaciones pequeñas: “A veces uno piensa que tiene que poner mucho (dinero) para que valga la pena y, en realidad, apoyar con lo que uno pueda desde su realidad ya es muchísimo. Yo estoy infinitamente agradecida”.
“Una vez finalizado el evento voy a volver y todas las donaciones las voy a devolver a la comunidad con todas las actividades y acciones que pueda”, se comprometió.
Para ayudar a Rocío Orlandino a reunir los fondos para viajar al Mundial de Shaolin Kung Fu en China, se puede donar a través del Alias VIAJEACHINA2024