La suba de los bonos soberanos en dólares y la caída del riesgo país reflejan el creciente optimismo del mercado. La dinámica y buenas perspectivas llevan a los analistas a proyectar una mayor compresión en la tasa de riesgo y la posibilidad de que en los próximos meses el Gobierno logre regresar al mercado internacional de crédito para refinanciar los próximos vencimientos de deuda en dólares.
Tras la celebración de los inversores por las noticias que llegaron desde Washington por parte del ministro Luis Caputo respecto a la llegada de dólares frescos por financiamiento de u$s8.800 millones de organismos internacionales, el riesgo país cayó este jueves 70 unidades y quedó al borde de caer por debajo de los 1.000 puntos básicos, un nivel nunca visto desde las PASO de 2019.
Además, en los últimos días trascendieron noticias que indicaban que Caputo estaría llevando adelante gestiones para concretar una operación de «Repo» (financiamiento a corto plazo, dejando activos como garantía) con bancos internacionales para completar la totalidad de los vencimientos de deuda de enero, lo que refuerza el optimismo de los inversores.
Una baja contundente del riesgo país y el regreso a los mercados internacionales de crédito sería un evento importante y necesario porque implicaría una recuperación de la confianza hacia la Argentina y la posibilidad de refinanciar los vencimientos de deuda externa en dólares, sin necesidad de usar fondos propios (que no tiene).
Cabe recordar que, a pesar de la notable mejora desde el cambio de Gobierno, las reservas internacionales netas del Banco Central aún se mantienen en terreno negativo. Las consultoras privadas calculan que en este momento se encuentran alrededor de los u$s6.000 millones negativos.
Baja del riesgo país y un posible regreso al mercado de deuda
«Si la Argentina logra mejorar sus reservas y el apoyo global permite ir desarmando el cepo cambiario en serio en los próximos meses, la posibilidad de acceder al mercado internacional de deuda en junio irá creciendo a medida que el riesgo país baje. En ese caso, no se descartaría que veamos un riesgo país de 700 puntos en el segundo trimestre de 2025«, señala Aurum.
Por su parte, Facimex afirma que la Argentina está «cada vez más cerca» de acceder a los mercados internacionales de deuda y estima que es probable que durante el primer semestre del próximo año pueda hacerlo para cubrir los vencimientos de los títulos en dólares que están previstos para el mes de julio.
El bróker de inversión proyecta que a finales de este año el riesgo país bajará a la zona de 800 puntos básicos, una compresión que considera significativa, pero insuficiente para regresar al mercado de crédito internacional, por lo que en los primeros seis meses de 2025 esa tasa debería seguir cayendo para poder refinanciar los pagos de deuda pautados para el séptimo mes del año.
Cuánto más necesitará bajar el riesgo país
«Bajo las condiciones financieras actuales del mercado, creemos que el riesgo país debería comprimir hasta la zona de los 650 puntos básicos para que la Argentina pueda volver al mercado internacional de deuda a tasas de un dígito a mediados del próximo año», afirma el equipo de research de Facimex.
En diálogo con iProfesional, Aurum estima que con los 700 puntos básicos de riesgo país que proyecta para el segundo trimestre de 2025, a lo cual se llegaría tras una importante mejora en las condiciones financieras locales y externas, probablemente la Argentina logre acceder de nuevo al mercado o, en su defecto, estará muy cerca de poder hacerlo.
En ese sentido, sostiene que sería mejor acceder con un riesgo país de alrededor de 500 puntos básicos, pero dependerá de la tasa que el equipo económico del Gobierno esté dispuesto a pagarle a los inversores y los plazos de pago en los que quiera hacerlo.
«Son muchos factores que juegan en este asunto, pero tal vez sirva salir al mercado con una emisión chica cuando el riesgo país ya esté por la zona de los 700 puntos básicos. Y si las tasas de interés de la Reserva Federal de Estados Unidos se acomodan más abajo, será más fácil aún«, sostiene el agente de bolsa.
En cambio, los analistas de Outlier afirman que 700 puntos de riesgo país no serán suficientes para regresar al mercado y se necesitará que baje aún más para tener mejores tasas de interés. En caso de hacerlo a tasas muy altas, «la sustentabilidad de la deuda no va a durar mucho», resaltan en diálogo con iProfesional.
El equipo de Clave Bursátil estima que, considerando las tasas de interés a nivel global, el riesgo país para regresar al mercado debería ser de alrededor de 600 puntos básicos. No descarta que con 700 puntos se pueda, ya que sería viable con una baja importante en las tasas de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos.
«Solo hay tres países de América Latina que tienen más de 1.000 puntos básicos de riesgo país: Argentina, Ecuador y Bolivia. Los tres países están sin acceso al mercado internacional de deuda. El promedio de riesgo país de la región es 430 puntos básicos, aproximadamente. Creemos que unos 600 puntos de riesgo país estarían bien para volver al mercado», sostiene ante este medio.
¿Qué es el riesgo país y por qué es clave?
El riesgo país comenzó a utilizarse desde principios de la década del ’90 como referencia para determinar el grado de peligro de que no se paguen las deudas que hay en las distintas economías del mundo.
Este indicador lo construye el banco de inversión JP Morgan Chase bajo la denominación de Embi+, que mide cuál es la diferencia entre el rendimiento que tiene un bono a determinado plazo de un país como Argentina, Brasil o de algún otro país en vías de desarrollo, con respecto a un bono del Tesoro de Estados Unidos.
En la práctica, a nivel local, establece cuánto más paga el título argentino por encima de los bonos del Tesoro estadounidense. Esto es para el inversor una medida del riesgo de default de la deuda soberana.
Tener un riesgo país elevado no solo impacta porque es sinónimo de posible incumplimiento de deuda, sino que también puede repercutir negativamente en la llegada de inversiones a largo plazo.
Este indicador también impacta en el sector privado, dado que puede limitar la llegada de capitales desde el exterior para la economía real y afectar a empresas importadoras, que necesitan del crédito de sus proveedores para operar.