“Buscamos hacer equilibrio durante un año, y lo concreto es que no logramos nada. Martín (Llaryora) se va a ir distanciado cada vez más. Vemos que el federalismo no le importa a este gobierno”.
En las entrañas del llaryorismo y del schiarettismo hay coincidencia a la hora de sintetizar el estado y el resultado para el oficialismo provincial de la oscilante convivencia institucional entre el Panal y la administración nacional que conduce el presidente Javier Milei.
Los próximos capítulos de ese vínculo tendrán al Congreso, más específicamente al bloque Encuentro Federal –donde están los diputados del PJ cordobés– como expresión concreta de la evolución de esa relación. Ignacio García Aresca, por el llaryorismo, y Carlos Gutiérrez, referente de Juan Schiaretti, son protagonistas de ese juego.
El posicionamiento sobre el Presupuesto 2025, y sobre temas incómodos para el Gobierno, como lo es, por ejemplo, el cambio en la reglamentación de los decretos de necesidad y urgencia (DNU) marcarán el nivel de tensión de la relación. Y hay un agregado no menor en el horizonte: en pocos meses, habrá que sumarle el enfrentamiento electoral y lógico que surgirá por las legislativas de 2025. “Milei también vendrá por nuestros diputados”, aseguran en las huestes de Hacemos Unidos.
El gobernador cordobés ha sido explícito respecto de qué lo acerca y qué lo aleja de Milei. Llaryora comparte y apoya la necesidad de restauración de las variables macroeconómicas, sintetizado en el equilibrio fiscal. Pero, al mismo tiempo, cuestiona que esa mirada no contemple aún, y con 10 meses ya de recorrido, un plan productivo. Su reivindicación de la obra pública, como pilar para el desarrollo industrial y la generación de empleo, también es punto fuerte de diferenciación con Milei.
Llaryora administra y ecualiza la tirantez con el Presidente ponderando siempre una variable determinante: la adhesión del electorado cordobés hacia el libertario. Si Milei no mantuviese buenos índices de apoyo entre los cordobeses, la posición del gobernador sería hoy más combativa. “Hay que ajustar (la relación) cuidando al electorado”, aportan cerca del gobernador.
Este contexto general explica la estrategia parlamentaria de la bancada de Encuentro Federal, respaldada por Llaryora. El bloque que lidera Miguel Ángel Pichetto tiene listo un dictamen propio del Presupuesto 2025 que se diferencia del de La Libertad Avanza.
Hay una variable clave que ha cambiado en las últimas semanas: existía hasta hace poco la percepción de que a Milei le importaba poco la aprobación del Presupuesto. El propio mandatario habló de la posibilidad de reconducir el actual y hasta dijo que “el problema”, en caso de un fracaso legislativo, sería de las provincias. Esa posición ha mutado. En el Gobierno entendieron que contar con la “ley de leyes” es central para poder acceder a un nuevo programa con el Fondo Monetario Internacional. También, que es importante para mejorar la condiciones de acceso a otras fuentes de financiamiento externo.
Foco en tres prioridades
El dictamen que presentará Encuentro Federal tiene tres ejes bien marcados: un mayor desembolso para las universidades públicas, una mejora para los jubilados nacionales y lograr el compromiso de que la Nación garantice la restitución del flujo mensual para las cajas de jubilaciones provinciales. La deuda acumulada a la fecha –Córdoba reclama 450 mil millones de pesos– se discutirá en otro mostrador, pero al menos Córdoba y las otras 12 provincias que no transfirieron sus sistemas previsionales quieren recuperar la asistencia mensual. Nación no contempla ese ítem en sus cálculos.
El Centro Cívico tampoco computa nada de lo adeudado por la Nación en la hoja de ruta financiera del año próximo.
“La idea no es pelearnos ni ponernos en contra de nadie, pero queremos lo que nos corresponde”, remarcan voces cordobesas de la bancada de Encuentro Federal. Ese dictamen, aseguran las mismas fuentes, contempla de dónde sale el dinero para reajustar las partidas respecto del proyecto del oficialismo, como pide el Gobierno para tocar una coma. “Respetamos el sentido del equilibrio fiscal. Apoyamos el déficit cero, pero es mentira que no hay plata. Existe una mirada sobre las prioridades y a eso nosotros lo queremos discutir”, completan la posición.
Después de apoyar la versión acotada de la Ley Bases y el paquete fiscal y de firmar el Pacto de Mayo, Llaryora acentuó la fase de diferenciación. En los últimos días, esa postura quedó a la vista. El impulso al proyecto que hace menos dificultoso la reversión de DNU por parte del Congreso y que fue apoyado por Encuentro Federal es una carta de presión sobre el Gobierno. El gobernador cordobés dio vía libre a esa movida. Otra diferenciación respecto del oficialismo quedó expuesta con la iniciativa alternativa del bloque Encuentro Federal por la privatización de Aerolíneas Argentinas, impulsada por Milei. La propuesta que expuso el diputado Nicolás Massot es de una administración mixta: control estatal de la mayoría de las acciones y management privado.
La agenda “Córdoba” y la estrategia electoral “federal”
A esa diferenciación que se materializará con el posicionamiento en el Congreso a través del bloque Encuentro Federal hay que sumarle otras iniciativas con las que Llaryora y el exgobernador Juan Schiaretti buscarán intentar marcar un canal alternativo al programa libertario.
Hay en Diputados listo un proyecto para bajar gradualmente las retenciones a las exportaciones agrícolas. Llaryora se lo reclamó con buenos modales al Presidente esta semana en su discurso en la Fundación Mediterránea. Otro punto sensible es el de los biocombustibles. La posibilidad de que se eleve el corte está paralizada en el Congreso.
“Con estos dos puntos también vamos a insistir. Son parte de nuestra concepción federal, y pilar de la propuesta electoral del año próximo”, asegura un alfil político de Schiaretti. Hacemos, el partido nacional que se lanzará próximamente, ya cuenta con los avales legales. En el oficialismo provincial abundan las especulaciones sobre posibles candidaturas. Nada está ni cerca de definirse. La idea de base es “respetar las realidades distritales” combinándola con la figura nacional de Schiaretti.
Los radicales Facundo Manes y Martín Lousteau, el ex-PRO Horacio Rodríguez Larreta, más los peronistas bonaerenses no alineados con el kirchnerismo aparecen en el listado de adherentes a la alternativa de Hacemos que deberá lidiar contra la polarización a la que juegan Milei y Cristina Kirchner. Elisa Carrió también aparece entre los dirigentes a sumar para 2025. El objetivo es volver competitiva en las urnas la misma propuesta que hoy le marca límites a Milei en la Cámara Baja.