Seis personas ya fueron detenidas por su presunta participación en el homicidio del empresario de la localidad de Calera, Gustavo Adolfo Poletti (59), quien llegó de México a su Córdoba natal para blanquear un capital millonario y fue asesinado en la casa de su madre, donde se encontraba alojado.
Este viernes se concretaron las últimas dos detenciones. Todos los sospechosos fueron imputados como presuntos autores del delito de homicidio en ocasión de robo, aunque esta figura podría agravarse en los próximos días, según fuentes de la investigación.
El 27 de septiembre Poletti no se presentó en la oficina dónde iba a realizar una importante operación económica. Ese mismo día, sus amigos más próximos empezaron a sospechar y con el paso de las horas encontraron al hombre maniatado, con la boca tapada y sin síntomas vitales, en la vivienda ubicada en calle Olcese al 400 de la localidad de La Calera.
Le habían robado al menos $ 61 millones y U$S 53 mil (más de $ 60 millones a valor blue) y dos modernos celulares iPhone, entre otras pertenencias.
La fiscala Jorgelina Gutiez comisionó a la Unidad Judicial de Robos y Hurtos y a la Policía de la Provincia de Córdoba para realizar numerosas medidas de prueba que le aportaron una cantidad abrumadora de evidencia.
Pero los primeros indicios firmes llegaron a la funcionaria a través de las imágenes de una cámara de video, ubicada a metros de la vivienda de la madre de Poletti, y por testimonios recogidos entre testigos, amigos y allegados al empresario.
La fiscal fue construyendo un rompecabeza que le permitió restablecer los últimos movimientos de la víctima. En medio de esa tarea alguien mencionó el nombre de una mujer.
Esa mujer, hacia quien en un primer momento se dirigieron serias sospechas que luego se fueron disipando, es un “vínculo íntimo” de Poletti, según lo definen en los pasillos de Tribunales.
Se trata de alguien que a diario se relacionaba con el empresario, según los pesquisas. Y se volvió clave en la causa porque su hermano, Federico Ezequiel Genari, habría sido –de acuerdo a los avances de la investigación– quien orquestó una verdadera cadena de voluntades para cometer un robo.
La cadena
Genari es una de las seis personas que actualmente se encuentran detenidas y en la fiscalía creen que fue el artífice de todo el plan. O al menos una de las piezas principales.
Según dejaron trascender los pesquisas, el joven se aprovechó del conocimiento que tenía su propia hermana sobre la vida de Poletti y sobre sus movimientos. Fuentes allegadas a la investigación aseguran que Genari sabía que Poletti tenía una gran cantidad de dinero.
Pero para cometer el robo que habría planeado –siempre según los resultados de la investigación–, el hermano de la “amiga íntima de Poletti” habría contactado a otra pieza fundamental de esta cadena: Claudio Alberto Villacorta, un integrante de la brigada de Seguridad Ciudadana de Villa Allende, según confirmaron fuentes de la investigación.
El empleado de Seguridad Ciudadana habría tomado contacto con Genari y éste le habría sugerido la idea del robo. Ambos habrían acordado reunir a otros secuaces y concretar su propósito por aquellos días de septiembre.
Así terminaron reclutando al menos a cuatro personas más: Alejandro Luciano Torres Herrera (detenido a mediados de octubre), Facundo Exequiel Saracho, y los hermanos Marcelo Emanuel y Joaquín de la Cruz Ceballos.
Los seis ya fueron detenidos. Se los acusa de haber participado en patota en el robo que acabó con la muerte del empresario.
La fiscalía no descarta que puedan existir otras personas involucradas.
Una de las tareas actuales de los investigadores es determinar si la banda mató a Poletti para ocultar el robo. En ese caso, la acusación podría mutar a “homicidio criminis causa” para los seis involucrados, según adelantaron los pesquisas.
La investigación
Por ahora, la fiscal confía en la tarea de campo que vienen realizando sus comisionados y se muestra conforme con el resultado de la pesquisa.
Según laderos de Gutiez, en el despacho fiscal se acumula una gran cantidad de prueba de gran significancia para la investigación.
Pero además, los investigadores creen que tras las últimas detenciones, y con las nuevas pruebas obtenidas en los allanamientos, la tarea podría seguir avanzando.
Entre las pistas más densas, hay escuchas telefónicas, conversaciones de WhatsApp entre los presuntos implicados y abundante cantidad de horas de filmación que el equipo de la fiscalía deberá procesar.